lunes, 6 de julio de 2009

Mayte y las sirenas (Sirena de Amor)

Estoy casado con Mayte, una linda ejecutiva. La conocí ya hace dos años de manera muy curiosa. Estuve mirando unas exposiciones en una feria. Yo soy un poco preguntón, y estuve aquel día preguntándole, sobre las maneras de tener un buen trabajo. Y ella muy sonriente me respondía, sin incomodarse. Yo le decía: Donde trabajar y no me pueda quejar, la vida es corta y hay que disfrutar a tu estilo. Ella tiene una hermosa y dulce sonrisa, me flecho desde aquel día que la vi por primera vez. Soy muy feliz con ella. Pero hay algo que desconozco de su vida. Es que no tiene familia, me contó que es de origen islandés, sus padres la dieron en adopción a una familia de aquí, pero ellos también la abandonaron. A base de esfuerzo y tenacidad ha salido adelante sola, es una gran persona, es muy querida y respetada en su trabajo. A veces pienso, como es que ella se enamoraría de mí. Somos muy diferentes. Nos queremos mucho. Creo que me he casado con un ángel, en esos dos años nos hemos demostrado tanto amor. Que llegado un día me atreví a pedirle matrimonio. Vivimos felices, pero ahora la situación económica aprieta, me he quedado sin trabajo, y no encuentro algo en lo mio.

Ha pasado el tiempo y estoy sin hacer nada, Mayte me dice que no me preocupe, que todo va a salir bien. Es muy dulce y comprensiva. Tengo un hermano mayor. Marinero de profesión. El esta viviendo en el norte, y se gana la vida en el mar cantábrico. Hoy llamado a mi hermano que acaba de comprar una pequeña embarcación, va salir al mar a pescar, es su vida y ya lleva años en eso. Es un experto, y me ha propuesto salir con él a alta mar a faenar. Me cuenta que si la hacemos bien podemos ganar mucho dinero , la idea me seduce, ya que hace tiempo me he quedado sin trabajo. Yo deseo no ver más a mi dulce y querida Mayte cargando con todos lo gastos. Voy a verla al trabajo, y esta muy ocupada , ya que ella es importante en su labor, le cuento la idea. Yo estoy decidido, ella no acepta al principio, me dice que es arriesgado y no quiere, pero le hago entender que es por nuestro bien. Al final acepta, a su pesar. He preparado las maletas. Por dentro deseo no dejar a Mayte por el amor que me da, pero no me queda más remedio.

He llegado al norte de España, me recibe mi hermano, acompañado de su novia. Esta tan entusiasmado, que me lleva pronto a que vea su embarcación que acaba de adquirir. Es muy vieja pero ha tenido muy buen mantenimiento. Me quedo sorprendido por lo bien que le ha ido a mi hermano, es su forma de vida y sabe mucho de eso, ya me explicara todo lo relacionado al trabajo , me dice con una alegría. Hemos tomado un buen desayuno, por que tenemos un día muy duro, y debemos estar fuertes. Estamos preparando todo para salir ya hacia al mar, a ganarnos la vida, vamos solamente los dos. Sera duro, me imagino. He llamado a Mayte para saludarla y contarle todo lo que he vivido en este día, ella me pide que me cuide. Nos desea que nos vaya bien a mi hermano y a mi.

Acabamos de salir, ya empecé a sentir los efectos del mareo. Han pasado dos días, estamos listos para tirar la redes, mi hermano esta al mando del barco, esta conduciendo con perfección el timón. Yo estoy al acecho para cualquier acción. No hemos pescado nada. No ha caído nada en toda la noche. Veo a mi hermano, y solo le sonrío, con un poco de ironía, y le hice recordar a Forrest Gump, de la película aquella que me gusta, cuando no pescaba nada y él no se desmotivaba. Ya llegaran me he dicho entre mí. He cocinado y voy a ver un poco la tele, espero que la antena digital tenga buena recepción de señal, para ver las noticias. Tercer dia de pesca y los peces siguen sin caer. Estoy tumbado en cama, leyendo una novela de Bryce Echenique, no tengo sueño, pienso en Mayte mi adorada esposa.

Mayte esta en una reunión importante de la empresa que ella dirige, ha terminado y llega a casa y piensa en mí, se que es así.

Le digo a mi hermano si su embarcación tiene teléfono para poder llamar a Mayte, y me dice claro que sí, que llame cuando sea necesario. Estoy cocinando, y vuelvo a ver la tele. Van hacer las dos de la tarde y a esa hora dan los simpsons, me vacilo con las ocurrencias de Homer. Pero la señal de la antena es mala, que apenas se ve, es el setimo día de pesca y solo hemos pescado unos cuantos atunes, con que esto no alcanza ni para té, -pienso. Estoy con mi hermano, en la sala principal del barco, viendo como trabaja, y a la vez, deseaba decirle que estoy arrepentido de haber aceptado su propuesta de venir aquí. Décimo día de pesca, la situación empeora, en momentos de calma del mar, estoy con mi hermano viéndolo, pensado donde esta la falla, por que no caen los peces, tenemos que regresar. La pesca ha ido mal, no veo las horas de ver a Mayte.

Estamos comiendo, ponemos la radio para animar el ambiente, pero ninguna radio echa música. Solo noticias. De repente una noticia insólita nos pone los pelos un poco de punta. Han avistado unas sirenas, por aguas cercanas, muy cercanas para nosotros, echamos a reír. La sonrisa quedo en sorpresa cuando una empresa ofrecía un gran cantidad de dinero a aquel que atrapase una sirena, viva o muerta. Si esto era cierto. En ese instante empecé a hacer bromas con mi hermano, sobre si nos aventuramos a buscar una de ellas, y salir de esos apuros económicos. La idea no era mala, un poco absurda, pero ahí estaba como para emprenderla. Es algo ilógico, irreal, hasta ridículo. Pero las emisoras no paraban de hablar de eso.

Día trece de pesca y seguimos escuchando la misma noticia en la radio, vemos con asombro que llegan más barcos a pesar de no haber peces. Hoy es un día trajinado han caído varios peces, que se me han escapado unos cuantos, motivo el cual mi hermano me lo ha reprochado. Hemos tenido una pequeña riña. No podemos perder nada, dice él. La idea de las sirenas, me seduce, no perdemos nada. Tengo decidido hacer lo mismo que los demás marineros, ir a buscar a alguna sirena. Estamos regresando a tierra, se acabo la faena y fue muy mala.


 He llegado con tanta ansiedad deseo ver a mi amada. Ella esta muy feliz. Nos dimos tanto amor, en ese instante. Me cuenta lo que la vivido en ese tiempo sin verme, y yo soy recíproco. Después de todo, le cuento la idea que tenemos mi hermano y yo. Ella me dice que es algo absurdo que esas son historias ficticias, y que desista de eso. Pero yo estoy decidido a hacerlo, es por nuestro bien . Ella insiste y se aferra a su idea. Pero me mantengo bien fuerte mi posición, pienso que tanto marinero que había allí, era por algo. Solo iría por una faena más y volvería.

Voy al norte de nuevo a encontrarme con mi hermano. Mayte sigue con su pensamiento, antes de partir me llama mi amada. Tiene una idea absurda. También quiere venir con nosotros. Le digo que ahora es absurda su idea, no le permito que venga. Me aterra la idea que le pase algo. Me moriría. Le corte la llamada, despidiéndome de ella. La amo tanto . Ella no me hace caso. Al amanecer, al salir  antes de zarpar, la veo venir con sus maletas. Mayte se planta ahí y nos dice que quiere ir. Le pido que se quede con Ana, la novia de mi hermano. Pero tanto insiste que acepto, a mi hermano no le importaba. Estamos los tres en el barco. Ella vuelve a decirnos que son muy absurdas esas ideas y que desistamos, no le hacemos caso. Estamos ya en el lugar divisamos muchos barcos. Algunos nos saludan con las luces. Es de noche hemos preparado todo lo necesario para la hazaña. Mayte esta despierta, no duerme desde hace un día entero. Esta mirando el mar, con asombro. Es tan bella, que desearía pintarla con ese paisaje. Mi hermano esta muy ansioso para la faena y hasta ha traído el equipo de buceo. Me ha preparado para usarlo en cualquier situación. Mayte nos ha preparado algo de comer y el cansancio le ha pasado factura y se queda dormida profundamente. Mi hermano y yo estamos en plena proa del barco en medio de la madrugada, estamos observando todo el panorama. En ese momento el mar esta calmo y solo veíamos las luces de los otros barcos y los delfines en su danzar. En un momento mi vista es atraída y se fija en un movimiento del mar. No lo podía imaginar, lo había visto. Me acerque sigilosamente. Con un gesto le indique a mi hermano, aquello. Era una de ellas...
-Estas seguro -dijo mi hermano. 
-Si creo que sí, suelta las redes- le pido. 
Soltamos las redes y algo pesaba y lo arrastraba en sentido contrario. Voy a ponerme el buzo, le digo a mi hermano que lo estaba ya preparando. Mayte sigue profundamente dormida. Me he sumergido en el mar, en busca de nuestras redes. Los marineros de los barcos vecinos nos ven algo curiosos. Estoy dentro del agua.  Estoy viendo algo sorprendente, algo que no parece real, la estoy viendo. Una sirena en nuestras redes. No siento sus gritos. Pero sé que esta gritando, en esos instantes, veo algo más aún sorprendente. Era una sirena en forma de hombre que luchaba por salvarla, él gritaba y al verme decidió ir en contra mía. Vi como aquel ser quería atacarme, solo atine a jalar la cuerda. Mi hermano tomo la señal y jalo con sus fuerzas. Yo con un grito dentro de mi, pedía que jalara las redes arriba. Mi hermano empezó a tirar con fuerza, y aquel ser empezó a gritar tratando de salvar a aquella sirena. No escuchaba sus gritos pero si los sentía. En ese instante Mayte despierta y se acerca muy desesperada. Teníamos a aquella sirena en nuestras redes. Mi hermano y yo, la colocamos en un lugar, lejos de la vista de los demás marineros. No deseamos levantar más aún su curiosidad. Estoy todo empapado. Miraba a Mayte con una satisfacción de haber hecho muy bien el trabajo. Pero consternado por su estado. Mi hermano aisló a aquella sirena. Mayte solo atino a llorar y pedir desesperadámente que dejemos en libertad a aquella sirena...
-¡Que dices! ¡métete dentro para que te tranquilices! 
Me enfadé con ella en ese instante. Ella en su desesperación trataba de ayudarla. Rasgaba las redes para sacarla, lloraba y sentía los gritos de aquella sirena. Mi hermano intento calmarla, pero fue peor. Todo este accionar fue lo que llamo más aún la curiosidad. Era visto por los barcos que estaban allí. Pero cuando pensábamos en que todo ya estaba bien. En ese momento fuimos, asaltados por uno de ellos como cual pirata. Nos obligaron a dársela. En un instante fije mi vista en el mar. Vi como aquel ser en forma de hombre, miraba a Mayte, el gritaba. No oía sus gritos pero yo los sentía. Les pedí calma a aquellos delincuentes. Les dije que buscaran ellos algunas, que vi muchas más, allá abajo.


Aquellos delincuentes con pistola en mano, nos obligaban  a toda costa a dársela. Mi hermano se puso valiente y recibió un golpe en la cabeza que quedo inconsciente. Trate de ayudar a mi hermano y recibi un tiro que solo me rozo el brazo. Empecé a vociferar palabrotas. Cuando el marinero aquel quiso coger a la sirena, recibió un mordisco, y en venganza  azotó un tiro que solo hizo asustarla más. Mayte quien desesperada, fue a su socorro, trataba de echarla al mar, y eso enfureció más al pirata aquel. Ante la fuerza que puso Mayte, empezaron a forcejear...
-¡Deja que se la lleven! grite a Mayte muy furioso.
Pero ante su insistencia, y la negativa de escucharme. Este pirata le disparo a quemarropa. Cargo con aquella sirena con ayuda de sus secuaces, y  saltaron a su embarcación. Yo que estaba muy asustado corrí hacía ella. Grite con todas mis fuerzas. Mayte yacia ahi malherida y la cogí en mis brazos, llore con todas mis fuerzas ¿por qué Mayte? pregunte muy aterrado. Ella solo me miraba fijamente y antes de morir, me dijo : 
-Tú no sabes todo lo que te amo, siempre te voy a amar. Yo soy una sirena, solo que el Dios del Mar quiso que yo viviera entre ustedes, ellos son mis hermanos, por eso no quería que les hagan daño. Te pido perdóname por no habértelo dicho, te amo.
Y tratando de estirar su mano hacia mi rostro, me pidió un deseo: échame al mar por favor, te lo pido. Y murió allí. Quedamos ahí solo los tres, mi hermano inconsciente del golpe, mi amada que estaba sin vida y yo, que solo lloraba desconsolado, deseando llegar a tierra, enterrarla y pensar que todo esto haya sido una horrible pesadilla.


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