Estoy trabajando en un proyecto y llevo unos días sin poder dormir. Es que acabo de conocer a alguien que ha hecho que este corazón solitario salte de emoción, estoy un poco distraido en estos momentos. Me he descuadrado de todo lo que gira en torno a mí. Ella trabaja en una tienda muy grande, cerca del trabajo y no me atrevo a entrar, ni siquiera me atrevo a decirle aunque sea un hola. No sé realmente por que, ya pase la barrera de los 30 años, y nunca he tenido alguna enamorada, aunque no parezca. En cama pienso que si sigo así, me tendré que hacer la idea de quedarme a vestir santos. He acabado el día de hoy muy cansado, fue un día agotador, salgo de allí y paso por la tienda, deseo entrar y poder hablarle, pero me quedo con mi maldita timidez y solo atino a mirarla por la ventanas de aquella tienda con un sentimiento de ilusión.
Son las tres de la tarde del día sábado, hace mucho calor, aquí en casa me aburro, y decido dar un paseo, en fin el caso es que termine otra vez en la acera viendo de afuera de las ventanas a aquella chica que se me ha metido en mis sueños, y se ha apoderado de ellos. He tratado de saber como se llama estoy mirando los días y estos pasan, y solo pienso en ella la sueño todos los días. Pasan los días, semanas y meses. Maldito complejo de timidez. Esto cada día que pasa peor, me estremezco al ver que ha hecho de mí, ella sin que lo sepa. Le cuento a mí hermano, buscando un apoyo, y es igual, no sabe ayudarme, estoy llamando a mis familiares allá en Perú, y les cuento, tampoco me ayudan, solo me piden que venza mi timidez.
Trato de hacerlo. Hoy he decidido a vencerla. Voy a entrar me digo entre si, ya estoy dentro , he dado un gran paso, estoy dando vueltas por la tienda, y no la veo, me da un poco de verguenza preguntarle a la otra dependienta sobre su compañera. Al fin me animo y pregunto por ella y me responde: hoy es su día libre, ah -digo, y por que preguntas- me dice, no es que como siempre la veo y es tan bonita- termino un poco avergonzado. Al final no compre nada, me estaba yendo de ahí, y me llama la dependienta aquella y me pregunta: ¿como te llamas?, Danny -le respondo, es que siempre te vemos pasar y ver por la ventanas y te pones a ver algo que exactamente no se vende. Me siento un poco avergonzado, y en ese instante me suelto, y le digo a aquella mujer: es que me parece muy linda su compañera. En ese momento, ella dice: es que ella también te ve, y espera que entres y le digas algo.
Han pasado 3 semanas desde aquella conversación que tuve con aquella dependienta, salgo del trabajo y decido no mirar y pasar de frente, ni siquiera girar la cabeza para que me vea ella, camino a paso acelerado, cuando de repente, una bella silueta venia de frente Era ella que venia de comprar, y en ese instante dudaba en que hacer. Es tu momento me decía, que hago, que haría, que no hice, bueno al mirarla. Ella fijo su mirada en mi y venciendo mi maldita timidez, le digo: Hola y ella con una voz dulce me responde: hola, y paso de largo. Una gran alegría invade mi ser. Hoy es viernes por la tarde voy a entrar a comprar y a decirle hola otra vez, he cogido algunos productos, y ella me atiende estamos charlando, ya somos conocidos, me marcho. He vencido un poco esta timidez, eso creo.
He decido hablar más con ella, lo he conseguido, le he contado de mí y mi familia, me dice que le caigo superbien, y ella a mí también. Me hace saltar el corazón, le he contado que soy del norte del Perú, y muchas cosas más de mi país, me cuenta que desea conocer el Perú, por lo que le he contado, le he llevado a la tienda, mi álbum de fotos, y ella mira con agrado, Estamos los dos en la tienda, se ha hecho de noche, ya va a cerrar, le ayudo, estamos ahí esperando afuera que llegue su padre a recogerla, me despido de ella, esperando que esto se repita, han pasado casi tres meses desde que me atreví a hablarle, mi corazón se ha ilusionado mucho y yo más aún, estoy muy feliz. Solo atino a tararear una frase de una canción de lo pericos:
"tiempo al tiempo, tengo que esperar....
Esta es mi forma de ver mi vida- afirmo con seriedad. Son las dos de la tarde del domingo, y ella me llama a casa esta muy feliz, su novio acaba de llegar del extranjero y no ve las horas de casarse, el muchacho le propuso matrimonio y ella ha aceptado contenta, y me llama, por que quiere compartir su felicidad conmigo.
Solo vuelvo a tararear la canción de los pericos:
"tiempo al tiempo, tengo que esperar
es la idea y suele condenar ".
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