Aún tengo esa carta, aquel papel con lineas, que me dejo antes de irse. No me dio tiempo, a prepararme para al menos despedirme de ella. Sabía que se iba, no podía quedarse. Ya estaba todo planificado, incluso desde que era pequeña. Pero el destino hizo que nos conociéramos.
Al acabar el colegio, decidí estudiar comunicación. La paupérrima educación que recibí en la secundaria, obligaba a preparme al menos, para optar a algo mejor. La academia san Fernando, allá por los 80's e inicios de los 90's, era unas de las mejores, hasta la aparición en gran cantidad de estas. En uno de esos salones, se encontraban una gran cantidad de chicos, venidos de todo Lima. Todos soñaban con ser médicos. Me senté al fondo. Esa era mi costumbre de siempre. A mi lado se sentó, Susana Carrizales, una espigada muchacha de 18 años. Tenía un cuerpo de modelo, un pelo negro muy hermoso. Ya había postulado dos veces a medicina en San Marcos, era su segundo año en la academia. Me contó aquello, al principio se moría de vergüenza, pero fue entrar en confianza, con los demás muchachos. Marcos, venía de Comas, sus padres eran dueños de cinco boticas. Querían que se encargase del negocio, pero antes debía ingresar a Farmacia y laboratorio. Kelly con sus 21 años, era la mayor. Era enfermera que egreso del instituto "Daniel A. Carrión" Soñaba con ser odontóloga. Iba a presentarse a la U. de Lima. Estábamos sentados, esperando al primer maestro que llegase. Algunos de ellos, dobleteaban en el trabajo. Llegaban muy justos, desde otras academias. Don Marcelo, era un catedrático, que había dado clases, en San Marcos. Creo que ya estaba retirado, ya era muy mayor. Nos enseñaba lenguaje.
-No se preocupen chicos, aquí no revisamos cuadernos, ni nada de eso- decía aliviándonos de tanto strees. Caminaba entre nosotros, dando palmadas en los hombros, a los que le respondían bien. Ese mismo día que llego sacaba a algunos a la pizarra, y preguntaba: ¿En donde estudiaron? ¿de donde venían? Para ser médicos, hay que tener mucha paciencia, el ser sabio es lo de menos, después de ingresar. Y esta era una buena edad para ingresar, refiriéndose a los más jóvenes, como yo.
-¿Como te llamas muchacho?
-José Miguel, y vengo de San Martín de Porres.
-Bien José Miguel ¿y que deseas ser en este mundo?
-Voy a postular a Comunicación.
-¿Comunicación? pero aquí preparamos más para medicina.
-Si, lo se, pero es para tener más posibilidades.
-Muy bien pensado ¿eh?
Aquel día había aprendido tantas cosas. Muchas de ellas, no me las enseñaron en el colegio, a pesar que se esforzaban por darnos clases. Pero antes de que Don Marcelo se vaya, alguien tocó la puerta y pregunto ¿si podía entrar? Se le había hecho tarde, por el pesado tránsito.
-¿Y por qué tan tarde jovencita?
-No sabe, señor, el tráfico a esta hora, con tantas combis y buses, es imposible llegar a tiempo.
-¿Pero hubiera salido más temprano?
-Si, eso haré, no me percate.
-Bueno, normal no se preocupe, entre, salga o no venga, no es asunto nuestro, aquí no hay control, depende de usted.
-Gracias, señor.
-Bueno, soy Marcelo, él profesor de lenguaje ¿Cómo se llama?
-Tatiana.
-¿Y de donde viene?
-De San Isidro
-Pase y siéntese al lado del que quiere ser comunicador (al ver el asiento de al lado vacio)
TATIANA
Se sentó al lado mio, en esas carpetas de dos. A pesar que la mayoría de chicas se sentaban entre ellas. Tal vez al acabar las clases, se cambiaría o ya mañana. Pero se quedo ahí. Un frío saludo, en pleno calor agobiante.
-¿Me he perdido mucho en la clase?
-No, no tanto, pero si quieres te paso lo que apunte.
-Gracias...¿Como te llamas? (con voz baja, para no incomodar al profesor)
-José Miguel, y tu: Tatiana, que bonito nombre.
-Gracias José Miguel.
Al día siguiente se sentó adelante, e intento ser amiga de las demás chicas.
En aquel salón eramos algo de 50 alumnos, no recuerdo ahora muy bien aquello. Un grupo de chicos muy grande. En la parte detrás, nos sentábamos. Marcos y Kelly en una carpeta, a nuestro lado, Fran y Susana, delante de nosotros. Fabrizzio y yo al fondo. Fran era el chico más callado, solo hablaba con nosotros, cuando se refería al fútbol. Era un fanático al igual que yo de Alianza Lima. Me contó en una ocasión que su padre iba a ser socio, y que podría entrar y salir del estadio cuando el quisiera. Algún día te invitare José Miguel, algún día-decía muy emocionado. Sufría de acné, y eso lo hacía muy cohibido. Tenía a su lado a una chica tan preciosa, como Susana. En los tiempos de descanso en la academia, siempre conversáramos. Habíamos formado un grupo muy unido. Nos la pasábamos bien. Nos contábamos siempre las historias que vivíamos. A mi me encanto Susana, quien prefería que le digan: Susan. Pero mi mente se invadió de la imagen de Tatiana
Tatiana, es una chica muy linda, el pelo un poco ensortijado. No llega al 1.60, tiene 16 años como yo, venía de un colegio privado. Su familia era acomodada. Cuando ingreso a esta academia solo fue por orden de su padre, para que tenga una noción sobre la carrera que ella iba a seguir en los Estados unidos, donde se iría vivir muy pronto. Pero a ella, no le gustaba aquello.Y si eligieron esa academia, fue por unos vecinos, que le dijeron que era la mejor que había en Lima. Ella era muy buena estudiante, pero su sueño desde siempre, era ser una cantante muy famosa. Desde niña recibió clases de canto, y actuación. Como canta muy bien, y poseía una hermosa voz, era la vocalista de un grupo juvenil, formado por unos amigos. Incluso componía canciones. Cuando no ponía atención, solo la miraba. Contemplaba su cabello ondeado. De aquello se dieron cuenta mis nuevos amigos....
-Uyyy te gusta ¿eh?- dijo Susan, con una bella sonrisa..
-No vas a aprender nada, si sigues así- solto esa frase Kelly.
Cuando habían descansos en las clases, intente acercarme, pero se rodeaba de aquellas chicas. Contaban que habían comprado, tal cosa, tal cassette, o tal prenda de verano.
Al profesor de Álgebra, creo que también le encantaba Tatiana, ya que al sentarse delante, le costo, que este la tomara a ella sola en cuenta para todo. Miren a Tatianita, como viene hoy...Y reseñaba como iba y su vestimenta, como cual modelo. Un poco más y la piropeaba. Siempre al entrar, a clases, el conserje se paraba en la puerta y recogía los carnés de todos los alumnos, para evitar que se colase algún extraño. Y al acabar las clases, el mismo conserje se encargaba de pasar por cada salón y entregarle al profesor de turno, para que nos las devolviese. Y este profesor las veces que le toco aquello, elegía a Tatiana, para que nos las entregase. Se paraba y llamaba por nombre y apellido, y cuando decíamos: aquí, ella se acercaba, y nos la daba en mano....
-José Miguel.....
-Aquí...
-Hola.
-¡Hola! Y no podía dejar de mirarla.
A ella siempre la traían en auto, pero por las tardes se iba en bus a su casa. Yo me levantaba a las 5 de la mañana, para asearme y tomar un poco de desayuno. Cogía el bus a las 6, y estaba ahí a las 7:30, hora en que empezaban las clases. Cuando ella bajaba del auto, nos sonreía. Los que estaban afuera, seguían su andar tan sensual.
Una tarde de salir de clases, Marcos me pidió que lo acompañase a la casona de San Marcos, para ir adelantándose y comprar el prospecto que te vendían por obligación. Como estaba cerca, nos íbamos a pie. Ese mismo rato, vi como Tatiana, se dirigía a aquel paradero, el cual esperaba el bus para irse a casa. Marcos me dijo que no le prestara mucha atención...No te va a pelar, José Miguel, no te va a pelar.. Pero no le hacía caso. Estando en la casona, compro aquel prospecto, y apunto las fechas de inscripción.
-¿A cual piensas postular? -pregunto Marcos.
-No se todavía, creo que a la Villareal.
-¿Y por que?
-Esta más cerca a casa.
-Anda tonto (risas)
No puedo dejar de pensar en Tatiana. Me parezco a Parker Lewis que entra en estado de shock, al ver a Donna Sue.
Una madrugada de aquel verano tuve un sueño: Estaba sentado en aquel paradero, no se a donde iba, no lo se. Es en ese instante que todo desapareció. Una luz brillante, invadía todo el lugar, no podía distinguir donde empieza un punto, y donde termina el otro. Y entre aquella luz, apareció Tatiana, y me dijo: Hola ¿vas donde yo voy? Si tu me dejas ir, iría contigo a cualquier lugar del planeta. Al rato sonó el despertador de mi padre, tocó la puerta...Ya es hora, Jose Miguel, ya es hora, levántate.
Me fui a clases, entre un poco cansado, no había podido dormir y tenía mucho sueño. Estaba que me dormía. Fabrizzio, con el codo me indicaba que despertará. Pero por más que quise no podía. Era clase de geometría, él profesor hablaba y hablaba. Dibujaba figuras con su enorme regla de madera. Lo ví venir hacía a mi.....
Estoy en un barco, de nuevo la luz brillante, voy solo en este barco, no se donde esta el norte, no se donde esta el sur, la luz impide que vea todo el mar, pero siento el andar en las olas. Aparece Tatiana y me dice: Hola ¿vas donde yo voy? Y de repente un ¡pum! irrumpe mi sueño, salte exaltado con mucho susto. El profesor le dio a la carpeta un severo golpe con su regla...
-Aquí no se viene a dormir, jovencito, vaya al baño y mojase la cara.
Y me fui, mientras todos se seguían riéndose de aquello. Al volver, vi a Tatiana y sonreí. Ella sonrío conmigo, su linda sonrisa me alegro después de lo vivido en ese momento.
-Te estaba avisando, y no me hacías caso- dijo Fabrizzio aún riéndose.
Pasado unos día entraron algunos chicos más, a estudiar. Habían tantos chicos en Lima, con sueños. Llegaban de todos lados. Al lado de Tatiana, se sento German, un muchacho que tenía 19 años, moreno de piel. Vive en Magdalena, presumido como ninguno. Ya había postulado dos veces a la Católica, con nefastos resultados. Llegaba con su camiseta de "Nirvana" Adoro a Kurt, decía a cada rato, haciendo alarde de su gran colección de música. Entablamos conversación algunas veces, ya que también compartía la misma afición de ser hinchas del Alianza Lima. Innumerables veces llegaba con mi camiseta blanquiazul. Al igual que Fran. Una mañana de ese verano. Estaba el profesor Hugo, que nos enseñaba Física, mientras enseñaba nos hacía reír. Contaba una infinidad de chistes. A veces se pasaba un poco. Hacía preguntas, y decía que me responda el alumno más voluminoso. Y nadie se paraba a contestar. Se dirijía a un muchacho muy gordo, y decía: Ya pues te preguntaba a ti...y lo mismo con las chicas. Todos se mataban de risa. Bueno el caso es que llevando media hora de clases, quiso entrar Germán, y el profesor, le dijo: ¡hey alto! y empezó a interrogarlo, por que llego tarde.
-¿por que tan tarde alumno?
-Es que la empleada, no me ha levantado.
-¡Ahhhhh! Pero hubiese programado un despertador.
-No, para que, si ella ya sabe.
El profesor le hizo una reverencia y dirigiéndose a todos: Muchachos, con todos ustedes "El burgués"...Pase y tome asiento. Era inevitable no reír. Germán, estaba muy rojo de vergüenza. Pero este muchacho, no solo presumía de tantas cosas. Molestaba a Tatiana con tantas cosas. La invitaba a salir de fiesta y muchas otras. Pero ella pasaba de todo. Cuando tocaba con profesor de Álgebra, él preso de celos (se le notaba claramente) en una clase, le pidió que cambiase de asiento, ya que interrumpía la educación de su alumna preferida. Cuando hizo aquello, todos murmuraron a viva voz: uhmmmmmmmmmmmm. Tatiana ahora si se moría de vergüenza.
HELENA DE TROYA EN AQUEL DICTADO
Aprendí bastante en este tiempo, mucho diría. A pesar de todo no podía dejar de pensar en Tatiana. Don Marcelo un día dijo: Muchachos, ando un poco aburrido, tal vez sea la edad, pero soy maestro y me debo a ustedes. Llamo a un par de chicos adelante. Les dio una hoja y pidió que recitaran un poema. Pero el profesor estaba tan sorprendido por la falta de eficacia de ambos para recitar aquel poema. Y nos tomo un dictado. Recorría los pasillos del salón, sonreía y dictaba. Ese día fui con mi camiseta blanquiazul, al verme el profesor esbozo una sonrisa un poco irónica:
-Ah, un negrito, a ver si ya ganan algo.
-¿Usted es de la u?- le pregunte.
-Que bah, no me gusta el fútbol- Siguió su andar, y volvió a dictar. Las palabras que dictaba eran sobre literatura e historia. Al acabar, dijo: Yo no los voy a corregir, van a ser sus propios compañeros. Hizo que pasaran las hojas por cada alumno, y al llegar hacía el ultimo, al mismo ritmo, las invirtieron. Así fue que el ultimo corregía al primero y viceversa. Mientras el profesor, escribía correctamente en la pizarra las palabras que nos dicto. Pedía que cuando acertara con las palabras el que corrija levantara el papel. Para ver cuantos eran, y luego explicaba su significado. Cuando llego a la que asome con exactitud.
-Helena de Troya.
El profesor pregunto: ¿Cuantos acertaron? En ese instante Tatiana, levanto mi papel. Había sido el único que acertó en esa palabra. Don Marcelo, no se sorprendió. Ya que siempre que dictaba aquella palabra, siempre la escribían sin la hache.
-¿De quien es ese dictado?
-De Jose Miguel- respondió ella, un poco roja.
-Bien, no por algo quieres ser comunicador- dirijiendose a mi.
A veces perdí la esperanza, de ser amigo de Tatiana, pero siempre el destino te tiene guardada tantas sorpresas. En la academia, siempre hacían evaluaciones y simulacros de examen. Pero había uno que hacían al nivel de todos los locales que tenía la misma academia. Domingo, 9:00 jirón Lampa, en el centro de Lima. Ahí estábamos todos los chicos. Compartí aula con chicos de otros locales. Tatiana al entrar no encontró a nadie conocido. Al verme ahí, se me acerco...
-Hola.
-¡Hola! Sin reparar timidez alguna, la salude con un beso muy emotivo. Ella estaba con un conjunto blanco, que iluminaba todo ese sitio. Nos sentamos en la misma carpeta. No supe que decirle, pero de a pocos entre en valor, y empecé a hacerle tantas preguntas. Ella sonreía al responderlas. Se sentía un poco incomoda por lo que hacía el profesor de álgebra. Y a veces deseaba cambiarse de sitio. Le pedí que se sentase al lado mio, ya que al ser atrás, siempre había sitio. Después del examen, que duro tres horas, nos fuimos caminando, por la plaza San Martín. Me converso de aquello que le encantaba: Cantar. En un instante le pedí que me cantase algo, pero se moría de vergüenza. Entonces le dije, que aquello le impediría salir adelante en ese sueño. Ya había cantado con el grupo aquel de sus amigos en el colegio. Pero le daba vergüenza cantarme solo a mi. Me lo explico. Pero de tanto insistir, empezó a cantarme una canción en ingles. Idioma que domina a la perfección. Al oír esa melodiosa y dulce voz, mi cuerpo empezó a temblar. Ella se dio cuenta de aquello...
-Uyyyy mejor no sigo, te vas a derretir.
-..........................
-¿Josemi?
-¡Que hermoso cantas! impresionante.
-Gracias, que bueno eres.
-Es verdad Tati..es verdad.
Nos fuimos a su paradero. A pesar que nos encontramos con aquellos amigos, solo ese instante era para los dos. Al día siguiente se sentó a mi lado.
A veces ella no le ponía atención a las clases, por que a menudo me decía que no quería seguir yendo. Solo quería cantar, con el grupo aquel. Le entristecía dejarlos, pero ella debía irse algún día. Cuando ponía atención a clases, miraba de reojo y ella estaba despistada. Con mi rodilla, tocaba la suya, y ella ponía atención. Llevábamos muchos cursos, y eso agobiaba casi a todos. Algunas veces llegaba con sueño, pero ponía buena cara, para sonreirle. Era la única que no hablaba de comprar prospecto e inscribirse para el examen de admisión. Ya que no estudiaría en Lima. A veces llegaba desmotivada, tal vez se acercaba el día en que se fuera. Siempre me preguntaba por que quería estudiar comunicación, cuando le comentaba el por que, solo sonreía. Los demás chicos decían que tenía una sonrisa un poco sería, pero era por lo que vivía. Entre evaluaciones semanales y examenes simulacros, me iba convirtiendo en su amigo. Una vez les dije lo lindo que cantaba, ellos sabían que le gustaba aquello, y que estaba en un grupo, pero la animaron a que lo haga delante de todos nosotros. Solo lo hizo una vez, en uno de los descansos.
CREO QUE ES AMOR
Algunas veces, como todos iban a postular a medicina, o algo referente a aquello, los llevaban a practicas a un local, muy cerca. Ahí diseccionaban ranas. Casi todos iban. Yo me quedaba. Tatiana también pasaba de eso. Cuando se reunía con sus amigas, siempre me llamaba para comentar sobre lo que habíamos estudiado aquel día. Al acabar las clases, le pregunte si deseaba que la acompañase al paradero. Ella acepto. Ahí siempre rogaba que el bus demorase, para seguir charlando. Me encantaba estar con ella. Y así todos los días. Al acercarse el examen. Ya todos andaban en eso. Mil nervios y tantas cosas, invadían a los chicos. Esperaba mi turno...Cuando llegue.
-Usted esta resagado. Su fecha de inscripción ya paso- dijo la secretaria de admisión. Vuelva dentro de dos semanas. Ahí se inscriben los resagados. Pude comprar el prospecto. Volvería.
Había perdido noción de todo afuera. Solo el estudiar y Tatiana estaban en mi cabeza. Cuando le conté esto, solo sonreía como diciendo: Ay Josemi, Ay Josemi...Pero ya sabes que todo saldrá bien.
-¿Quieres salir un domingo conmigo a tomar algo?- Pregunte con miedo
-Si, claro- fue su respuesta. La que siempre he anhelado. Y un día salimos a pasear. Nos fuimos al cine. Aquel día le conté toda mi vida. Le hable de mis hermanos, de la música que me gusta. Del por que soy tan hincha del Alianza Lima. De lo feliz que soy al estar a su lado. Aún que sentía mucho miedo saber, que un día se iría del país. Ella me contó sus sueños, su vida. Paseamos por el centro de Lima, a pesar de nuestra juventud sabíamos mucho. En un instante recorríamos las calles. Al pasar por unas de ellas, tan transitadas, cogí su mano, para ayudarla a pasar un desvió. Que emoción sentí al tocar su delicada mano. Ella se dio cuenta, y se sonrojo. Llegamos a aquel paradero, antes de ver el bus, que la llevaría. Le agradecí esos momentos. Le di un beso en la mejilla. Y temblaba. Se fue. Mañana nos vemos.
Para salir, aquel día con Tatiana, le pedí a mi padre dinero. Le dije que era pagar una mensualidad. Él me dijo: Yo que sepa, ya esta todo pagado, no me hagas el tercio, hijo, ¿dime para que es? Le conté todo lo que pensaba hacer. Nos fuimos a la Av. Perú, a ver a un compañero de trabajo, que le iba a entregar un dinero que le debía. Ahí me dio más de lo que le pedí. Y nos metimos a restaurante, a seguir charlando.
Cuando ya todo cerca. Me preguntaba si volvería a ver a esos chicos. UNMSM, USMP, U. de Lima, la PUC, la UNFV, en fin entre tantas, ahí se repartitian su suerte. Había pasado dos semanas de aquel paseo con Tatiana. Siempre iba con ella, al paradero y esperaba el día en que le iba a decir: Te quiero. Hoy era un día tan diferente. Hasta el clima, parecía presentir algo. Hacía frío en Lima, cosa tan rara en este tiempo. A ella le había cambiado el semblante, pero seguía tan linda conmigo. Al acabar las clases, le pregunte por que no había escrito nada, en su cuaderno. No me supo responder. Le dije que si podía acompañarme a inscribirme. Pero me dijo que no podía. En el paradero hablamos de tantas cosas. Me moría por decirle tantas cosas y demostrarle todo aquel cariño que sentía por ella. Llego un bus, y ella lo dejo pasar. No te gustan que lleguen ¿verdad? dijo con una sonrisa entristecida. Me pidió caminar un rato. Me dijo que me deseaba toda la suerte del mundo en esta vida. Al regresar al paradero. Llego el bus. Se paro, me dio un papel donde escribió algo. Beso mis labios, y luego acaricio mi mejilla...¡Chau Josemi, chau, te quiero, no lo olvides, te quiero! Y se fue en aquel bus.
Era inevitable. Había llegado ese día. Sentado en aquel paradero, empecé a leer lo que había escrito en aquel papel, una canción, una dedicatoria y una triste despedida....
Tú de blanco y de azul, silbando al tun dun
esperas el bus de las tres, menos diez...
Yo, con lentes de sol, mirando el reloj
es muy tarde no llego a clase de ingles....
Las tres y cuarto, el autobús que no aparece
esta atascada toda la ciudad, para una vez
que estudio ¡vaya mala suerte! menos mal que
nos volvemos a hablar...
La chamarra de piel, te sienta muy bien
que tarde tan cruel, creo que va a llover
si, seguro que si, te gusto y tu a mi
me invitas al cine o a ir por ahí...
En un semáforo me das la mano, me pongo
y empiezo a temblar....Creo que es amor.
Te quiero tanto Josemi, te quiero tanto....
He guardado ese papel, entre las cosas más valiosas, que la vida me ha dado.
LA VIDA DESPUÉS
Cogí el auto que me dio la empresa y voy rumbo hacía la radio. Llevo ya casi cuatro años, metido en la cabina de una estación. No se si fue mi forma de ser, o algo diferente, pero la suerte me acompaño en este tiempo. Junto a Williams y Fabían, llevamos un programa de radio. Con el correr del tiempo los conocí, a través de tantas clases y seminarios. Nuestro programa es uno de los más exitosos. Hemos ganado infinidad de premios, en este tiempo. La variedad de temas, música e invitados, nos ha dado una gran legion de seguidores. Incluso nos han propuesto en mudarnos hacía la tele. Pero preferimos seguir aquí. Ya se vera, pensamos. Algunas veces contamos nuestras vivencias, a lo largo de la vida. Y eso hizo, que amigos que habíamos perdido en el tiempo, los recuperáramos. Una vez llamo a la cabina, Susan, quién se acordó de mi. Fue una alegría para mi. Estaba por acabar el doctorado en derecho que llevaba en la PUC. No pudo nunca entrar a medicina. Fabían la invito un día a pasarse una tarde con nosotros en la cabina. Para contar sus vivencias en la carrera. Ella acepto gustosa. Cuando les conté lo guapa que era (cuando la conocí) ellos querían conocerla ya...
-¡Tendrá novio ya!- les dije al aire. Susan solo reía con grandes carcajadas.
A pesar de todo lo que viví en ese tiempo, siempre me acorde de Tatiana. No recibía noticias de ella. Pero no hacía falta. Hace un par de años, se presento a un concurso musical. Se presento con un grupo mexicano. Chicos que conoció después que se marchara del Perú. Cuando quedaron finalistas, un empresario confio en ellos, y les propuso grabar un disco, y a ver como les iría. Ella no estudio medicina, aquello sus padres deseaban. Cogió valor, y decidió seguir lo que ella soñaba. Cuando Tatiana y su grupo tuvieron un sonoro éxito por esas tierras, su origen peruano, hizo que la prensa siguiese su carrera. Llegaron a Lima, sus canciones. Una que otra vez pusimos algunas en el programa. Ellos no sabían que ella fue amiga mía. Pero Susan les comento aquello, cuando la conocieron. Una figura impresionante, y una belleza exótica, hacen de mi amiga Susan una mujer abogado, que mete miedo a cualquiera. Tuve una corta relación con Flaviana, una compañera de clases. Pero por cosas del destino, no duramos tanto. Aunque seguimos siendo amigos (eso dicen)
El éxito de Tatiana fue creciendo, y en su país empezaba a ser una estrella.
Entonces la llegada de Tatiana a Lima, era inevitable. Sus padres, quienes al principio se negaron, tuvieron que aceptar la carrera de su hija. 24 años y estaba consiguiendo lo que había deseado. Se presentaría en la tele y algún programa radial. Williams, me comento que al ser uno de los mejores, nuestro programa la tendría como invitada. A él le conté todo lo que había vivido con ella en ese corto tiempo. Muchas veces me decía: Tal vez ella, ni se acuerde. Yo también pensaba lo mismo. Pero no era así. Ella siempre seguía, lo que pasaba en el país. Cuando veía la tele, oía la radio en internét. Siempre. Y cuando llego se armo una revolución ante su figura.
¡Ahora a conquistar tu país!
Hoy por la tarde estaría en la cabina, con nosotros. Pero yo por la noche no he podido dormir, ante eso. No he podido. En el noticiero hablaron de ella, hicieron una crónica de su llegada. A pocas horas he llamado a mis compañeros...
-Muchachos, estoy un poco mal, no voy a estar hoy con ustedes.
-No digas eso José Miguel, ven pe' gilazo.
-De verdad, estoy mal. Ya mañana. Inventen cualquier floro.
-Ok, pendejo.
Cuando llego Tatiana, a la radio ya sabía que trabajaba en ese programa. No se si, deseaba verme como yo a ella. Aún sigue soltera, pero creo que uno de los integrantes del grupo, esta saliendo con ella. Pero no quise ir.
Al ver que no estaba, se sintió un poco incomoda. Williams y Fabían, pidieron que ingresara sola, y esos que llegaron a acompañarla, se queden afuera. Empezaron la entrevista. La amenidad de mis compañeros, hace que todo salga bien. Miles de preguntas, un poco de su música, de sus sueños. Algunas llamadas, hacían que ella se emocionara. En una de esas recordó muchas cosas. Llamo Susan, quienes algunas veces hablaron de muchas cosas, y las recordaron. Al acabar Fabían le pidió que se dirija al publico, para despedirse. Dio unas cuantas palabras, pero las mas tiernas que tuvo, fueron:
-Bueno Josemi, espere encontrarte aquí, pero no fue así, me dijeron que te sentía un poco mal, espero que te recuperes pronto. Recuerda siempre que siempre seras mi amigo....Y en ese instante se acabo el programa. Después de aquello. Williams y Fabían desearon mucho éxito en el país a Tatiana. Ya no le hablaron más de mi. Ella por la noche iba a estar en la tele. Y se fue al hotel a descansar antes de ir para allá.
En una parte del programa, el cual estaba viendo. Le dicen:
-Has estado en la radio con esos chicos, que se las traen ¿verdad?
-Si, es verdad, estuve con ellos, son super divertidos y amenos, pero solo estuvieron dos de los tres, por que uno se sentía mal- respondió. El protocolo en ese tipo de entrevistas siempre es el mismo. La tele es lo que tiene. Antes de cantar, la presentadora pregunto, que era lo que le inspiraba en escribir tan lindas canciones. Ella dijo, que la vida misma. Que la gente que te rodea, y te enseña tanto. Luego le pidió un instante y empezó a cantar, ahí sin música.
Tu de blanco y azul, silbando al tun dun....
Recuerdas Josemi, eso eres para mi...espero verte algún día. Siempre seras mi amigo.
Mientras la presentadora animaba al público, le pregunto Si ese Josemi era el de la radio. Y ella respondió que si..
-Es mi amigo, es Jose Miguel, Josemi.
-Ya pues Josemi, no te hagas de rogar- dijo la presentadora entre risas.
Al día siguiente, me presente en la cabina. El tema de Tatiana, ya había pasado. Era mejor. Por momentos a pedido de la gente, pasaron extractos de aquella entrevista. Williams, me pregunto si había visto las portadas de los periódicos. Ya lo había hecho. No quería hablar de aquello. Fabían me guiño el ojo y pregunto:
-¿Oye y por que hay dos certámenes de belleza? vaya contrariedad.
-Si, en uno eligen a la que va a miss universo, y en el otro va al miss mundo- le respondí, empezando otro tema.
-Pero por que no eligen a la que queda segunda para que vaya al miss mundo, y así se ahorran un evento, además de un bien billete.
-Estamos en el Perú, y aquí solo pasa esto- Dijo Williams.
.¡Que grandes somos los peruanos!
Al acabar, el programa Fabían se me acerca y me dice: Oye que rica, esta Susan, la vamos a invitar para que nos acompañe y nos hable algo de leyes, tal vez ahí la afane.
-Creo que tiene novio.
-No fastidies, pues Josemi, no fastidies.