miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lima, la ciudad de los cerros

Como me encantaba Yanina, una buena muchacha, a quien los compañeros la llamaban: "la chola". Sus padres llegaron en la década del 60' a Lima, desde Arequipa. Y se establecieron en el Agustino. Su negocio consistía en fabricar instrumentos musicales y venderlos a terceros. Hasta que se les ocurrió venderlos directamente, y alquilaron un local en una galería desastrosa, de la Av. Abancay. Fuimos compañeros en la academia preuniversitaria y muy amigos. Yanina usaba unas gafas muy gruesas, y valgan verdades era un poco quedada en los estudios pero siempre empeñosa. Ya con el correr del tiempo, cogimos diferentes rumbos, pero eso sí, muchas veces la visito. Y aún me sigue gustando.

Vivía con mis padres hasta que ellos, me echaron de casa. Ya que era muy vago. Termine viviendo en casa de mi tío Gonzalo. Muy bueno y amable. Me acogió sin preguntarme nada. Su familia también estuvo de acuerdo. Pero de un momento a otro empezaron a incomodarse con mi presencia, eso me pareció. Solo estuve con ellos unas semanas. Y después cogí mis cosas y marche. Javier, Enma y Paulina son sus hijos. Mis primos, pero apenas me hablaban, eran muy pequeños, mi tío les consentía en todo. Él trabaja en una empresa constructora, es el encargado en muchas obras. Nunca me pregunto, ni me insinuó en llevarme a trabajar con él.

Me fui a vivir con Francisco, quien era mi vecino. Tenía una fabrica de zapatos. Allí fue la primera vez que sentí, lo que es trabajar. Vivíamos solos, hasta que se enamoro y llevo a su novia. Nataly, una chica que trabaja de dependienta en una tienda, donde Francisco distribuía sus zapatos. Así que tuve que acoplarme a ellos. Si no tendría que marcharme y no tenía donde ir.

Mi padre fue pre-jubilado, no sin antes, pasar por un juicio que le puso la empresa donde laboro por casi 30 años. Era jefe de planta en una fabrica de cementos y morteros. También era el líder sindical de todos los obreros. En la lucha contra los abusos que sufrían los empleados, se enfrento a los dueños de aquella empresa. Al ver que no podía hacer nada y no rendía frutos su lucha. No se le ocurrió otra cosa que boicotear muchos envíos, y cerraba el paso a muchos camiones que iban y venían. Tanto así que termino, por estropear muchos productos y materia prima. Fue despedido sin dinero alguno.

Cierto día me entere que necesitaban vigilantes en una empresa. Me pareció buena la idea de intentar. Ya estaba un poco agobiado vivir con Francisco y Nataly. No había sábado alguno que pusieran sus casettes de discos chicha, y todas esas tardes terminaba con la cabeza llena de música de chicheritos, que solo incitaban a tomar cañazo y yonke. Fui y recibí la información. Me dijo la encargada: para la entrevista venga formal y no se desvele. Para que carajo, quiere que no me desvele, que importaba eso en una entrevista- pensé todo preocupado.

Como ir formal a una entrevista, si era la primera vez que iba a una. Así que recurrí a la ayuda de mis hermanos. Allí ellos me dijeron que no era importante llevar traje o terno alguno. Solo una buena camisa blanca y una corbata llamativa. Me prestaron dinero y ahí mismo marche raudo a unos de esos campos feriales que hay en Comas. Recorrí aquellas tiendas hasta que compre lo que necesitaba. Me pare a leer unos periódicos en el quiosco del paradero esperando una "combi". Ya rumbo a casa. En la gran cantidad de paraderos que tiene la av. Tupac Amaru, en uno de ellos suben dos niñas, con mucho maquillaje que se iban de juerga, no tenían ni quince años. En ese instante una grito: ¡Señor arranque rápido, arranque!.
Sollozando bajaba de esas empinadas calles que dan a esos cerros, la madre de una ellas gritaba: hija vuelve, no te vayas, señor baje a mi hija de allí.
-esta loca, no la conozco, arranque rápido ya!- respondió la niña aquella, mientras la otra miraba asustada.
Aquella mujer se aferro a la puerta de esa destartalada combi, y como pudo subió y rogaba una y otra vez: baja, baja, por favor. En ese instante agarro del brazo y a jalones trato de bajarla. Ella seguía llorando y rogando. Solo miraba un poco sorprendido. El cobrador, no tuvo otra idea de jalar a la madre y bajarla. Y luego seguir con su voz ronca gritar los destinos donde llevaba la combi. La señora quedo en ese paradero triste y solloza. Mientras los pasajeros, solo murmuraban. Baja en Belaunde, le pedí a ese cobrador.

Día de entrevista. Voy bien a la "tela", todo bien. Nada del otro mundo. Pasada una hora, llaman a mi nombre: Señor Andrés Gomez, entro y una vieja toda mal humorada, me dice: oiga señor usted no esta apto para trabajar con nosotros, usted apena mide 1.72, y los requisitos pedíamos mínimo de estatura 1.75, lo siento señor. ¡Vieja concha de su madre!, por que carajo no vi esa parte, y me ahorraba tanto trabajo.

Tal vez salí un poco rendido de allí. Pero al caminar tanto sin querer llegue a una obra. Al ver el automóvil de mi tío, sin pensarlo dos veces me dije, voy a "picarlo". Ya que estoy con documentos y una corbata, se va a dar cuenta que quiero cambiar. He pedido al de seguridad, que buscaba al señor Gonzalo Gomez, pidiéndome el DNI, llamo a mi tío, quien me hizo pasar. Ya adentro, no anduve con rodeos y lo "pique". Él me dio un poco de dinero. Pensé en una propina generosa, ya con lo que el gana. Ahí todo bien. Hasta que me dijo: quédate aquí, que voy a hablar con alguien y vuelvo. Miraba la obra desde su oficina, tantos obreros trabajando, pensaba en lo bien que se lo pasa mi tío. Cogí unas revistas de construcción ( era lo único que había). Y estuve allí ese rato.
Hasta que llego mi tío con una sonrisa. Me dijo: Mañana a las 8:00 en punto aquí, que vas a trabajar con nosotros. Por dentro un escalofrío recorrió mi ser, puta madre con lo vago que soy, y tener que tirar lampa. No podía decirle que no, ya que le había dicho que quería trabajar. Para no quedar mal, tuve que aceptar. Mañana a esa hora estoy aquí, gracias tío. Marche un poco preocupado.

En que me he metido. Yo que soñaba con ser futbolista o actor de telenovelas, iba a tirar pico y lampa. Bueno así que toda esa noche no pude dormir.

Me he despertado a las 5 de la mañana, no lo hacia desde que me preparaba en San Fernando, cuando mi madre deseaba que yo sea medico. He emprendido rumbo hacía allá. Por cierto no le dije nada a mi viejo, ya que no se lleva bien con mi tío. A pesar de ser hermanos, siempre tuvieron muchos roces tontos. Al fin del todo volví a casa. Siempre tuve el mismo cuarto a mi disposición.

He llevado unas zapatillas de lana, para chambear. Y mi tío aún no llega. Pregunte por él y me respondieron: El señor Gomez entra a las 9. Así que me puse a ordenes del capataz y este me envió a trabajar con los obreros. No hablaba nada. Hasta luego de un buen rato, me mandan a llamar. Era mi tío que quería decirme algo. Tal vez estoy a tiempo de arrepentirme y zafar de aquí- pensé.
-¿Qué haces así?- pregunto él.
- Chambeando pe' tío, que más puedo hacer.
-No seas gil, sobrino, vas a chambear en otra cosa, vete a bañar, cambiate y vuelve.

Me ha presentado a don Hilarión Pereyra el dueño de la empresa constructora.
-Hola, muchacho, se ve que tienes palabra, tu tio te dijo a las 8, y a las 8 has estado aquí. Vas a empezar en el área del almacén como auxiliar. Gonzalo me ha dicho que eres responsable, y confío en su palabra. Puta Madre, exclamo dentro de mí, que suerte tengo. Tendré que dejar bien a mi tío que se la ha jugado por mí. Me he dirigido a mi área y ha empezado una nueva etapa en mí, no me importa los comentarios de muchos obreros que hay allí. Si la suerte esta, hay que aprovecharla. Ya regresando a casa, mi tío me da un aventón para coger una combi. Solo trabajo y constancia, me despido de él agradeciéndole todo aquello.

Ya en casa, solo me queda arrimar el hombro. He vuelto a hacer las pases con mi padre. Y me dice: Andrés, te llamo Francisco, si vas a ir a su pollada el sábado. No se si ir, ya que ahora vive en un barrio muy bravo. El cerro San Cosme, es ahora el lugar que acoge a mi amigo. No se por que se fue a vivir allí. Tal vez allí su negocio rinde más. ¿Pero si rinde más por que cambio de casa?. Bueno tendré que ir y escuchar la chicha de los "jharis de Naña"

Me considero un tipo con suerte. Desde que empecé a trabajar con mi tío, mi vida a cambiado mucho. Siempre fui curioso. Así que decidí estudiar por las noches, una carrera técnica, relacionada a este rubro. Ya que ahora estoy bien, es tiempo de hacerlo y concretarlo.

Yanina, se graduó en enfermería, pero no ejerce esa carrera. El negocio de los instrumentos musicales para ellos fue un éxito. Tienen muchas tiendas por Lima. Un día me anime y me fui a visitarla. Fui a esa tienda que tenían en la Av Abancay. Allí un vendedor me dijo que ella estaba en la tienda que tenía en la plaza Bolognesi. Al llegar, estaba ella, con sus gafas gruesas, que le quedaban muy bien. Sentí una gran emoción al verla. Como si el tiempo nunca hubiera pasado, como fuera ayer cuando eramos compañeros de clases. Abrazos y muestras de cariño, rodearon aquel instante. Hablamos mucho de nuestras vidas. Y me atreví a preguntarle sobre su vida sentimental. Me respondió que estaba de novia con un maestro de música. Me alegro la noticia. Aunque cabía la posibilidad de que no. Y yo entrara a cortejarla. El asunto es que ella estaba de novia. Y eso era todo. Estuve toda la tarde del sábado con ella. Hasta que entro un señor de unos 45 años, saludo, y estampo un beso a Yanina, diciendole:
-Amor, no hubo alguna novedad. Ella al ver mi rostro de sorprendido me lo presento. Alberto Calle, profesor de música y de canto. Realmente me cayó bien, a pesar de los casi 20 años que nos sacaba de distancia. Me despido de ellos, prometiendole volver. Solo le `pregunte: 
-¿sigues viviendo en el Agustino? 
-Si, seguimos viviendo allí.

Cuando estudiábamos y nos preparábamos, ella me pedía que la acompañase a su casa, ya que sus vecinos la molestaban y piropeaban. Como sufrían mis pies de tanto subir esas súper empinadas calles. Solo el hecho de estar a su lado ya valía la pena. El bajar de allí, ya era menos agotador. Hasta que uno de esos días, un par de chiquillos me interceptaron en una de esas calles, y me dijeron: Oye huevon, que chucha haces con la hembrita de mi pata, ten cuidado que te rajamos. Fue un susto muy grande. Nunca se lo dije. Ya que Yanina me dijo que la molestaba un pata que vivia por allí, pero ella nunca le dio "bola".

Con Francisco un día de verano nos fuimos a un show de strep tease. Allí había una rubia (al pomo) con el nombre artístico de "Emperatriz". Aquella noche ella hizo 2 shows, en el primero estabamos atrás, y ella completamente desnuda solo hacía caricias a los de adelante. Ya para el segundo me dijo Francisco: vamos para adelante, para verle las tetas de frente. Y eso hicimos, nos fuimos delante. Francisco ansioso, esperaba que ella, pusiera sus atributos. Pero paso de frente y me los puso a mí. Mostrándome todo, quede sorprendido y tembloroso. casi 10 minutos que tuvieron con epilogo un beso que nunca imagine. Ta' mare, como me he puesto, no estaba bien. Debí quedarme atrás. Ese rostro nunca lo olvide, se quedo en mi mente. Me quede media hora más ahí esperándola. A ver si pasaba algo. Francisco me decía: que esperas huevon, que venga por ti, vámonos ya gil. Terminamos la noche en una casa de citas.

El señor Hilarión Pereyra, al ver mis progresos, decide mandarme como encargado de una obra. A faldas del cerro San Cristobal. Me dice: Andrés, tienes que hacer que trabajen lo más rápido posible por que me lo obliga el estado, así que te encargo todo a ti. No me asusta la idea, ni me intimida ese reto. Pero tengo hacer frente a esa gente, que solo quiere ver resultados sin arrimar el hombro. Llegado el día Reuno a la gente y solo les pido entrega y constancia, ya se verán recompensa dos con una gratificación. He establecido mi oficina en una caseta. Allí toda la gente que sube y baja, Tantas historias, tantos dramas. Allí en momentos de ocio, empiezo a rememorar muchas cosas. Todo.

Sábado y día de paga. Uno de ellos, me dice: Sr. Andrés, lo invito una pollada, vamos también una chelas. Yo un poco contrariado acepto. Él también refiere que ese sitio es tranquilo. No es necesario ir en auto. Nos fuimos unos 5. Es sábado, y todo se están gastando su salario en cervezas. A veces creo que hay que ahorrar, pero ellos ya el lunes están misios. Al fin me he quedado ahí con ellos. Eso sin beber mucho, ya que tenia que bajar a por el auto. Mientras ellos todos casi tirados en el suelo de tanto alcohol. Yo miraba gente pasar ya que por polladas o cervezas. Es en unos de esos instantes que me ocurre algo. Entra una mujer muy bonita de bella figura. Pero mal vestida y un poco desaliñada. Ella hablaba con unos de ellos. Yo no aguante la tentación, y le pregunte:
-Disculpe que la moleste, ¿usted no se llama Emperatriz?
-No, joven- un poco exaltada
-Perdóneme, me equivoque.

He estado allí una media hora más, hasta que el ultimo de los que conozco se ha quedado dormido. Y decidí marchar. Al salir, unos metros nomas, ha salido detrás de mi, ella, aquella señorita que confundí. Y me dice muy bajo:
-Oiga joven tenga cuidado, este es sitio es muy peligroso y usted ¿no es de aquí, verdad?
-si, soy el encargado de la obra de allá abajo.
-Digame ¿usted me conoce?
-no, perdóneme otra vez, solo que me equivoque.
-No, no se equivoco, me llamo María del Carmen, pero me dicen Maricarmen y también fui "Emperatriz", en aquel tiempo.
Un silencio cubrió ese momento. No podía creerlo, tenía frente a mi a alguien que hizo que sintiera algo.
-Hola, me llamo Andrés, y ya te dije que trabajo allí abajo, y si necesitas algo, o que te ayude, ya sabes, donde estoy.
Me acompaña, hasta abajo a coger el auto. Hemos conversado mucho. Yo un poco nervioso. Me despido de ella. No me dijo nada sobre aquel pasado.

Vengo arengando siempre a mi gente, me he ganado su confianza. Algunos dicen que voy a superar a mi tío. Pero no deseo quedarme a hacer solo eso. He descubierto muchas cosas, que soy capaz de lograr, y trato de cumplirlo.

Mi tío Gonzalo, siempre fue mujeriego creo que también a su edad sigue siéndolo. Un día me contó una historia muy jocosa. "Le dejo el auto a mi tía, para que vaya de compras. A esas galerias super carisimas, donde se acaba el dinero que mi tío gana. Bueno el caso es que esa misma noche, mi tío tuvo una de sus aventuras con una de sus conquistas. Y al día siguiente de ir a trabajar ve debajo de uno de los asientos un zapato de taco alto. En ese instante se puso de colores. Arranco y en un contenedor de basura que encontró al paso, tiro aquel zapato, que lo iba a delatar. Al arrojarlo ya respiro tranquilo. Pasado el día llego a casa y mi tía le dice: Gonzalo, no has visto en el auto un zapato, ayer compre un par y me falta uno. Mi tío solo tuvo que decirle que buscara bien.

Hoy he ido a visitar a Yanina, en esa tienda, me enseña a tocar todos los instrumentos, me hace tocarlos todos con confianza. Estábamos charlando cuando aparece un joven músico y le pregunta el precio de una caja acústica de timbales. Y ella le saca unos modernos y muy caros, estos a 50 dolares, le responde. Muy caro, réplica él. Y él joven aquel nos cuenta: hace tres días me robaron la caja acústica, así igualita, y trabajo en eso, soy timbalero en una orquesta de chicha. Ella le saco unas mas baratas, compro una a 20 dolares y marcho. Al marcharse, ella me dijo: Que curioso, es que él dijo que le robaron hace tres, y la caja acústica que le enseñe, ayer me lo vendió un muchacho y le dí 30 soles. Vaya situación. Me fui de allí aprendiendo algo de música.

Estoy dando los ultimos toques a la obra del cerro San Cristobal, lo vamos a entregar antes de lo estipulado. Vengo de hacer unas gestiones del centro, y voy por la vía de evitamiento. Cuando al pasar por un lugar veo a Maricarmen (Emperatriz) y le invito a subir, que gustoso la llevaba a casa. Ella ya arriba, conversamos. Pero no le trato de hablar de aquello que paso. Quizás pueda ayudarla, pero siento vergüenza. Estamos yendo, cuando ella me dice: metete por aquí, por el río Rimac. Era un sitio desierto, alejado de Lima, solo basura y desmonte. Entonces me pide que detenga el auto cerca del río, que por ahora esta muy caudaloso. Pienso por que me hizo parar aquí ¿no se por que?. En ese instante ella abre su bolso. Yo realmente en ese instante estoy un poco nervioso y miedoso tal vez. ¿Qué va a hacer?. Saca del bolso unas viejas cartas. Las rompe y las arroja al río. Yo un poco calmado, no me atrevo a decirle nada.
-Son de la persona que tanto amaba, las escribí yo, pero él nunca me amo, hoy que fui a verlo, me las tiro por la cara, él esta casado ya- Termino solloza.

No me atreví a abrir la boca. Hemos dado la vuelta. Y la lleve a su casa, en aquel cerro. Allí vive en un extrema pobreza. Pero no me dice nada. Tiene a cargo a su padre que sufre de ceguera, apenas ve. Nos siente entrar y pregunta: ¿quien ese huevón?, no papá no es Fernando. Es un amigo que ya se va, solo vino a acompañarme. Ya afuera nos despedimos, me da las gracias. Yo realmente no quería marchar. Nos miramos fijamente, como diciéndome besame y no lo pienses más. Me he ido, no si antes darle mi numero de celular. Chau, me dice con una tristeza de saber que aquel que siempre amaste, nunca sintió nada por ti y solo te uso.

Andrés te vas al sur, a un conjunto de viviendas. Ya pronto ocuparas el sitio de Gonzalo. Mi tío se jubila, y antes de hacerlo. Me da un encargo. Hazlo mejor que yo. Me voy a ver a tu viejo a tomarme unas chelas, con él. No creo que mi padre acepte, ya que mi tío siempre le saca en cara eso del piquete sindical. Mi tío es bueno, pero no le importan los obreros, solo él y su familia. Yo tuve suerte que me ayudara. Sus hijos son muy acomodados y lo supieron aprovechar.

Carta de Yanina, ¿Por qué manda carta? si hay e-mail, teléfono y todo eso. Andrés me caso dentro de un mes y quiero que tu familia y tu estén ese día. Deje de ir a verla desde que entable una gran amistad con Maricarmen. Tal vez vaya con ella. Aunque quizás no quiera ir.

Andrés Gomez, responsable de obras, eso dice mi oficina, pero no me la creo. No quiero que la gente me vea como un superior, si no como un amigo. Francisco, me llama y dice:
Andrés, vamos juntos a elegir traje para la boda.
-Clarines, pues.
- En la av. Abancay hay unos buenos.
-No pues vamos a otro sitio que yo manyo. Por cierto, en el matri, no van a poner chicha.
-no jodas, franco.
-jajaja- bueno quedamos a las 5.
-ok, brother.

Que bella luce Yanina, mi querida "cholita", cuantas veces quise besar esos labios, poder darle unos mordiscos, y decirle que siempre estaba detrás de mis cuadernos, soñando con ella. La boda va y viene, ya le dio el si a Alberto, un gran profesor. El protocolo de la boda ya lo conozco. Y me toca bailar con ella. Estoy dando vueltas con ella.
-Que guapo te ves.
-Yanina, siempre me has gustado, ahora que te casaste, me atrevo a decírtelo, ya no puedes ser mía, ahora solo quiere verte feliz.
-¡Calláte!.
-bueno es verdad, se feliz, Yanina.




Continuará......




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