jueves, 12 de abril de 2012

La Sucursal del Cielo

Quede muy impresionado con aquella casa tan enorme y muy bella. Estaba alfombrada incluso en los rincones más difíciles. Tenía un hermoso papel tapiz color del cielo en los techos. Llege acompañando a mi madre. Fue a  visitar a Anabella, una amiga suya. Aquella mujer era muy guapa, y  atractiva. Cuando me vío, me regalo un paquete enorme de dulces y caramelos. Me invito a jugar en el gran jardín que tenía en afuera. Habían juegos y todo aquello, para la diversión de los niños. Ella era soltera. A pesar de tener un montón de pretendientes, de nivel económica muy buena. Anabella, fue a la escuela con mi madre. Pero con el tiempo, se distanciaron. Nos dijo que sus padres compraron aquella enorme casa, muy cerca a la ciudad.



La provincia de Otuzco, tiene una infinidad de pueblos, entre ellos La Cuesta. Nosotros vivíamos en un pequeño caserio. No es tan grande. Solo hay unas cuantas casas cercanas. La gente vive del comercio y el transporte. Existe solo un colegio, al cual asistimos todos, y los demás. Mi casa es grande, pero no tiene nada que mostrar. Un día me fuí al caserio más cercano, ahí tenía muchos amigos del colegio. En ese lugar solo hay una docena de casas, muy separadas. Ahí vive Jerson, un compañero de escuela. Tiene los ojos claros. La gente lo llama "sarco" Siempre andaba con dinero, ya que su tío tenía. Era dueño de la unica tienda de abarrotes. Y es muy grande. Ahí se ganaba unas propinas ayudando a don Ramiro. Eran tan enorme esa tienda, que tenía dos plantas. Estaba muy bien surtida. Llegan de todos los caserios a comprarle. Le pregunte a Jerson si yo podría también ganarme algunas propinas ayudando a su tío.
-Dile, tal vez quiera- me dijo. Me señalo el lugar donde se hallaba.  Afuera estaba Don Ramiro, el dueño y estaba renegando, se le notaba el mal humor a distancia. Me lo imaginaba algo mayor. Es joven aún, pero todos le llaman don Ramiro. Tuve miedo en decirle algo. Pero al final me acerque, lo salude y dije:
-Buenos días, señor- Y él me miro muy sorprendido y molesto más aún, mientras atendía a un cliente, que llego en ese instante.
-¿Qué quieres chiquillo?
-¿No querrá a alguien que lo ayude en la tienda?
-No, para nada, ademas ya tengo a mi sobrino que me ayuda.
-¡Pero tío él te puede ayudar con lo del kerosene!- dijo Jerson participando de la conversación.
-Si se ve, que no puede cargar una lata, no ves lo flaco que esta -dijo su tío.
-No tío, Sebastían es bien fuerte, es el más fuerte del colegio.
-¡Uhmmm! Vente el sábado que llega el camión, para ver si es verdad- digo don Ramiro, pensandoló.
A mi madre, no le interesaría mucho, lo que iba a hacer, eso creía. Ya que me ganaría unos cuantos soles. Empece ese sábado, cargue una cantidad enorme de latas de kerosone que llegaba en un camión desde muy lejos. Tenía diez años, por aquel tiempo.

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El caserío esta de fiesta, y en la celebración, los unicos delegados del pueblo ya tenían preparado, presentar a Ramiro  como candidato a la alcadía de La Cuesta. Parecía una persona muy dura, pero en el fondo era muy buena gente. A pesar de tener un caracter rigido. En ese tiempo ha cosechado mucho poder. Su negocio, en esos años, creció tanto, y su fortuna aún más. Cuando cumplí los 17 años, Ramiro sabía que me era dificíl irme a Trujillo a estudiar, por la falta de recursos economicos. Y me propuso quedarme con él, a tiempo completo en el manejo de la tienda. Acepte, sabiendo de mi condición. Y me quede con él. La vida política en la que se metió Ramiro, lo absorvía y eso hace que muchas veces, me haga cargo de todo. Él no tiene hijos. Tiene familia cercana a en los cacerios cercanos. Solo llegan a pedirle dinero y comida. Jerson se va a Trujillo, a pesar de ser su sobrino. Ramiro parece que no lo estima tanto, y siempre lo demuestra. Pero antes de marchar le entrego un buena cantidad de dinero. Por los años que lo ayudo en la tienda. Si Ramiro es elegido alcalde tendría que alejarse de aquí ya por completo.  Siempre me reuno con él por las noches, y me cuenta de los proyectos que tiene. Los que se los hacen son unos que tienen mala fama, por la corrupción que siempre ha habido en todo lugar. Pero él confía en ello.

Me acostumbre a este trabajo,  ya que me es sencillo. Conozco tanta gente. Siempre llegan de todo los caserios cercanos.

Sara vive cerca, siempre viene con su madre los sábados, ha comprar las cosas para la semana. No es tan bonita. Ella misma lo reconoce, pero tiene una linda sonrisa. Tiene 15 años. Esta enamorada de Jerson. Y por eso siempre venía. A veces llegaba con Carlota, su prima, de su misma edad. Quien también se sentía atraida por Jerson. Al frente de la tienda, esta la casa de Arturo. Un joven albañil, que se va a las ciudades a trabajar a casas de gente adinerada. De a pocos esta construyendo su casa con ladrillo, ya que para él, el adobe no sirve. El trabajar afuera ha hecho que gane mucho. Eso se le ha subido a la cabeza. Es muy presumido a veces. Conversarmos poco. Una vez me dijo que planeaba irse a vivir a Trujillo del todo. Aquí no veía futuro. Esta casado con Sandra. quien es muy linda, tiene la piel morena. Ella es muy callada, pero no tímida. Estudio educación en Trujillo, pero regreso para dar clases en un pequeño colegio de un caserio cercano. Pero Arturo le exigio que dejara eso, por que con lo que ganaba les alcanzaba.

Cuando llego el día de las elecciones, el pueblo fue una fiesta. Ramiro había sido elegido alcalde. Esa noche, luego de agradecer a la gente, en un pequeño mitín. Se fue con todos sus colaboradores a la ciudad. No llego luego de dos días de borrachera. Aquel día, me dijo que me haría cargo de su negocio. Rindeme bien las cuentas, sino... fueron sus palabras. Luego de que llegará otra vez. Entro a la tienda. Estaba tan resaqueado y contento a la vez..
-Hola Sebastian.
-Hola Ramiro- Ya no le decía Don Ramiro, él mismo me lo pidío.
-Abrete unas cervezas, y sientate aquí.
-Pero tengo que abrir la tienda.
-Hoy no la abras, hoy a que seguir celebrando.
Abrí las cervezas que me pidió. Y me puse a tomar con él, debido a su insistencía.
-¿Donde estuviste?- le pregunte.
-Ay, estuve con unas nenas.
-Siempre, seguro estuviste tomando chicha fermentada.
-Chicha no. Estuve tomando Wishky y del bueno e importado.
-Seguro te quedaste misio, por eso volviste.
-De eso nada. tuve que volver, por mis nuevas obligaciones.
-¿Y donde estuviste? Ahora si dime.
-Estuve en "La sucursal del cielo"
-¿Y eso que es?
-Ya te voy a llevar, huevon- Dijo él muy sonriente. Nos quedamos tomando poco. Ya que se quedo dormido rapidamente. Lo lleve a su habitación. Abrí la tienda.

A menudo llega Jerson a visitar a Ramiro, y a mi, eso dice él. Me pregunta como van cosas. Yo le pregunto como le va por Trujillo. No le gusta estudiar. Pero no tiene otra opción.  Estando él, en la tienda, llego Sara, a comprar. Esta vez llego sola. A Jerson no le gusta para nada Sara, pero sabe que siente algo por él. Y eso parece que le encanta. Mientras compra, ella lo mira de reojo. Él se hace el interesante. Al terminar, me despido de ella. Se va toda nerviosa. Jerson me mira, me guiña el ojo, y sale. Me quedo dentro sorprendido, esperando que iba a hacer.  Al poco rato aparece Jerson.
-Oye huevon que buena esta la chola!
-¡Anda huevon ¿y que le has dicho?
-Le dicho que venga más tarde para conversar.
-¿De verdad?
-Si, a ver si viene, me la llevo a arriba.
-Guarda, que no se entere su vieja.

Cuando caía la tarde, Jerson volvio a la tienda, a esperar a  Sara. Cuando ella llega, le pido que se la lleve por otro sitio. No me hace caso. Nos saludamos. Él la invita a subir. Ella acepta al instante, sin inmutarse. No pregunte más. Y ellos subieron. Mientras pasaban las horas. Me preguntaba que tanto conversarían. Llego la noche. Bajaron, y ella ya se iba.
-Mañana vienes otra vez- dijo Jerson
-Claro que si- le respondió Sara.
Al salir, nomás, Jerson me contó todo lo que hicieron.
-Estaba cerradita, cholo, cerradita!
-Pero como se dejo tan rápido?- le pregunte un poco sorprendido.
-Le dije: bajate el calzón y ya.
-Eres pendejo.
-Que rico tira la chola, me ha dejado seco.
-Me estas jodiendo, verdad.
-De verdad huevon, mañana que venga le digo que traiga a su prima.

Jerson se quedo por un par de semanas por aquí. Hasta que se fue a Trujillo. Y todas las tardes entre las cajas y demas cosas, del almacen de arriba se acostaba con Sara. Le prometía muchas cosas. Las sabía por que él me las contaba, luego que ella se iba. Nunca llego por aquí Carlota, por que dice que se sentía celosa, por  Sara.

EL POZO DEL PUEBLO

La primera obra de Ramiro fue crear un pozo de agua potable. Pero la curiosidad de este pozo, iba a ser su aspecto. Él era un apasionado de la arquitectura. Deseaba que el pozo tuviera una torre que se viese desde la entrada del pueblo, y que la gente contemplase aquello. Le dije que mejor era una pileta. Pero Ramiro quería aquello. La gente lo admiraría más. Así que encargo a un arquitecto de trujillo hacer el proyecto. Pensó en Arturo para la construcción. Pero este rechazo el trabajo, ya que iba a ganar muy poco. Ramiro le indico, de que se trataba de un motivo de sentimiento, ya que él también era del pueblo. Pero rechazo. Al final llegaron unos albañiles de un caserio cercano, y lo construyeron. Al terminar la obra, la gente agradecía a Ramiro su empeño. Estaba muy elegante en la inauguración. La gente ya no tendría que comprar agua a aquellos quienes la traían en burro desde otros lugares. Aquel pozo, tenía una torre, con una escalera muy bien tallada de madera. Un pequeño mirador, donde se podía ver el horizonte. De verdad queda muy bonito. Solo subirian los encargados. Pero Ramiro, me dio una llave. Sabía que me gustaba subir y mirar aquello.

Llegaron noticias a Ramiro, que un río que daba muy cerca al pueblo estaba contaminado, debido a la fabricación de carbón. En seguida, Ramiro puso marcha hacía allá. Me mandaba a llamar, para que lo acompañase. Cerraba la tienda e iba verlo. Me llevaba a esos lugares donde iba. Le pregunte una vez, por que me llevaba, si tenía que hacerme cargo de su negocio. Me dijo que me llevaba para conocer más allá del pueblo. Ya que yo nunca salía. Al llegar al río, comprobamos que realmente estaba muy contaminado, debido a la fabricación artesanal de carbón. Entonces se empezo a investigar. En el camino, nos encontramos a gente que nos decía que más adentro hay un tipo que hacía brujería y tenía mal genio. Que tuvieramos cuidado. En el rio, encontramos a una mujer muy bonita. Estaba de costado. Era muy blanca, y cargaba atrás a su pequeño hijo. Ramiro quien quizo impresionarla con su status de alcalde, se asusto al verla tan llena de golpes, el lado iziquierdo del rostro. Ramiro le pregunto que le había pasado. Ella dijo que se había caído lavando la ropa en el río. Él le dijo que no lavase ahí ya que el agua estaba muy sucia, y llena de polvo de aquel carbón. Pero ella no siguio conversando más. Nos fuimos de ahí. Yo me quede pensando en aquella mujer. Era  tan hermosa. Cuando salímos, nos quedamos mirando un buen rato. Luego antes que anochezca, dimos con la casa de aquel brujo, que nos habían informado. Toco la puerta y Ramiro pidió entrar en su casa, aquel hombre nos inivito a pasar. Ese hombre era muy pequeño, de piel muy negra y muy feo, se le notaba el mal genio.
-Pase alcalde, pero el chico que se quede afuera con los demás -pidió
-Que entre, que es mi hijo -dijo Ramiro.
-No mienta alcalde, no es su hijo.
-Bueno, como si lo fuera.
-Esta bien, pero solo él.
Ya adentro la sorpresa más grande fue aún. Ahí estaba esa mujer que vimos en el río. Ramiro la volvió a saludar.
-Es mi mujer -dijo aquel brujo.
No hizo sentar en el suelo, Ramiro no quizo ensuciarse el pantalón. Pero el brujo insistió.
-¿Qué han venido a buscar? -pregunto.
-Nada, especificamente, solo que la gente me pidió que hagase algo por el río que esta contaminado, y por eso vine.
-Es mi carbón el que lo ensucía, pero que le hago, no tengo otra cosa que hacer.
-Pero la gente dice que usted es brujo, no se tal vez de eso podría vivir.
Un silencio invadio, en el salón. Ya era de noche.
-Quiero confesarles una cosa, ya no soy brujo, ya no lo soy.
-Pero eso se puede?- pregunto Ramiro.
Se paro, cerro las cortinas, mando a su mujer a prepar algo para comer. A pesar que en esa casa no abundaba la comida. Ramiro le dijo que no se preocupara. Por que ya nos ibamos.
-Ustedes son mi visita, llegaron aquí por que no tuvieron miedo. La gente me tiene miedo. Dicen que soy el demonio. Dice que le pego a mi mujer. Hace tiempo que perdí los poderes que tenía de brujo -fueron sus palabras.
-¿Pero eso se pierden?- volvió a preguntar Ramiro más sorprendido.
-Yo me enamore locamente de mi mujer. Pero ella nunca se fijaría en una persona como yo. Así que le pedí a un compañero, que podría hacer. Y el hizo todo lo posible para que ella se fijara en mi. Entonces tras los años, mi amargura fue aumentando, por que ella no me hacía caso. Entonces decidí invocar al mal, y pedirle que me concediera el amor de mi mujer. Tras aquello, ella vino hacía a mi, pero poco a poco fuí perdiendo mis atributos como brujo. Y ya nadie me pedía trabajos. Creo que fue aquello que hice. Ahora solo me queda ganarme la vida, con lo que aprendí viendo, hacer carbón para sobrevivir -Eran sus palabras sinceras.
Entonces ella entro con su bebe a cuestas. Nos invito café y un plato enorme de yuca. Comimos hasta saciarnos, ella se sento a su lado. Eran tan diferentes. Entonces antes de irnos, aquel hombre, nos dijo algo que tal vez nos pueda pasar. Ramiro le dijo que si eso podría pasar, ya que no tenía atributos como él decía.
-Eso es otra cosa, Ramiro, tenga cuidado, hay gente que quiere verlo destruido, cuidese de las malas juntas y no sea muy confiado.
-Y tu muchacho, ten cuidado también, no te aferres a la primera mujer que se te acerque, te puede ir mal -Me dijo ante la mirada atenta de su mujer.
Nos despedimos. Ramiro le ofrecio trabajo, para poder apalear un poco su precariedad, él decidió pensarlo. Ya luego verían como arreglaban aquello de la contaminación.

Salimos rumbo al pueblo. Mientras recordabamos aquellas cosas. Él me dijo que era inevitable que ese brujo halla hecho eso, ya que realmente tenía pocas posibilidades con esa mujer.  Llegamos a casa. Y él se fue con unos amigos a resolver unos asuntos. Pase por aquel pozo, y decidí subir. Miraba el horizonte, los caserios aledaños. Y empeze a recordar el rostro de aquella mujer. No nos dijeron sus nombres.


Cuando llego Sara a comprar, no le preguntaba nada, sobre ella. Andaba muy pensativa. Seguro sería por Jerson, a quien no volvio a ver, desde aquella vez. Pero una tarde que volvio, le pregunte que le pasaba. Ella me respondió que nada. Fisicamente no me gustaba. Pero recordaba aquello que me contaba Jerson, e imaginaba muchas cosas. Le pregunte por su prima Carlota, y me dijo que no podía venir. Así llegaba a menudo, tal vez pensando en ver a Jerson otra vez. Hasta que una tarde le pregunte, si podíamos salir alguna vez por ahí. Ella se nego. Pero cuando le volvi a preguntar o proponer lo mismo en otra ocasión, acepto. Pero todo fue a raíz de que la invitase a subir a aquel mirador del pozo. Le agrado la idea. Estaba encantada con aquello, ya que le gustaba ese lugar,

El sábado por la noche, subí con ella al mirador. Le encanto todo aquello. Estuvimos buen rato mirando, no hablabamos nada. Entonces le pedí irnos de ahí. Pero no se quería ir. Nos sentamos en el centro del salón que había arriba. Allí había una polea con la cual podrías subir agua con un pequeño bote. Quizo ver como funcionaba. Estuvimos jugando un buen rato, con aquello. Pero ella entristecio, tal vez recordababa a Jerson. Me quede meditando un poco, y era imposble no recordar aquellas palabras de Jerson, de como se llevo facilmente a Sara a un rincón. ¿Que floro le metió? Pense muchas cosas. Entonces en ese instante ella extendio su mano y empezo a tocarme, me beso. Me seguia tocando, y yo me dejaba. Y en ese instante me abalance sobre ella, y queriendo tal vez, tuvimos sexo. Fue la primera vez para mi. Al terminar, me pido disculpas, por su actitud. Pero le dije que no se preocupara, ya que para mi fue algo espectacular. Me confeso que no era amor por Jerson, lo que sentía, sino por el sexo que tenian. Que estaba muy bien dotado, y era muy bueno para eso. No quise preguntarle si había sido él que fuera su primera vez, Me insinuo que no. Al irnos de allí le pregunte si podía ir mañana por la tienda. Ahí estare, si es que puedo. Entonces desde aquella noche, teníamos sexo, solo por gusto y no por amor. Incluso una vez  nos encontró Ramiro, quien al verla salir, me dio una repirmenda, no por hacerlo ahí. Sino por su edad y condición,
-Que haces huevon?, no ves que esa cholas, solo quieren amarrarte, les echas un polvo y ya quieren matrimonio.

LA PREMONICIÓN

Ramiro es uno de los mejores lideres de la región. Entonces debido a aquello, es anfitrión a la llegada del candidato de su partido a la presidencia del país, Pedro Doheerty, un joven politico, quien es considerado ya el proximo presidente. Pedro, es muy humilde y a pesar de ir con seguridad, deja que la gente se le acerque. Si es posible le estrecha la mano a todos. Estando de campaña, acompañado de Ramiro, entraron a un mercado, muy humiilde, la gente se le acerca y les cuenta sus problemas. Él le dice que intentara ayudar en lo medida de sus posibilades. Hay tanta gente, y algunos le piden ayuda economica. Entonces en ese instante, Pedro saca su billetera, y empieza a repartir a cada uno un billete de 100 soles, a diestra y siniestra. La gente le agradecio un montón ese gesto.  Recorrio ese mercado con Ramiro y los de seguridad. Al anocheser, se fue a un hotel centrico, a descansar un poco, había hecho ya amistad con Ramiro, y lo invito a cenar algo en el restaurant del hotel. Ramiro me manda a llamar, y voy a su encuentro..
-Vamos para que conozcas al futuro presidente, tal vez me de un ministerio.
-Sería bacan.
-Claro pues, hay que hacerle la patería, aunque es bueno,, siempre hay que franelearlo.
En el restaurante estaban ellos, con gente de su seguridad. Ramiro me presento como sobrino, Pedro nos invito de todo aquella noche, claro que pagaba el hotel. Ramiro quien realmente le gusta la bebida. Propone un brindis por aquel día. Pasaron unas horas, Pedro y Ramiro, conversaban. Me puse a un lado de ellos. Ramiro ya estaba un poco picado. Y le dije para irnos y dejar descansar a Pedro.
-Como te cuida tu sobrino- dijo Pedro, con una risa a Ramiro.
-Es que usted tiene que descansar, ya que tiene que seguir con la campaña -le dije.
-Ah eso es normal -dijo.
-Si será mejor dejarte descansar, ya mañana es otro día- dijo Ramiro que tenía unas ganas de tomar licor. Ese era su peor defecto. Pero dentro de esa conversación, había una armonia. Pedro que tenía unos ojos verdes, impactantes, derrochaba humildad. Y Ramiro demostraba toda su estirpe de hombre de pueblo. A veces se ufanaba por su tez blanca, pero solo a veces. Es ahí que la conversación denoto una leve diferencia. Pedro decía que le dolía el pecho a ratos. Ramiro le pidió llamar al medico, en ese instante. Pero él dijo que no era necesario, que ya se le pasaría, y ademas era muy leve.
-No creo que me de un infarto, no estoy preparado para eso- digo algo jocoso Pedro.
-Ni digas eso ni en broma- le respondió Ramiro.
-Claro, ademas no me puedo morir, sin encontrar a mi primera dama.
-Claro, hombtre, hay que gozar de las mujeres.
-Ya si me muero, he vivido bien- dijo muy resuelto Pedro.
Al final nos fuimos, nos despedimos de Pedro, y él prometio hacer algo para muy importante para nuestra región si sale elegido. La campaña, seguía en todo Otuzco, en un distrito, fue el encargado de abrir la fiestas patronales, estaba muy contento. Se le veía por la tele. Agradecía la hospitalidad de los lugareños. Mientras encendían los fuegos artificiales.

Llegando a Lima, Pedro, fue victima de un atentado terrorista, muriendo muy joven, y privando al país de un buen gobernante. Aquel día fue la primera vez que ví a Ramiro muy triste.

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Mi madre siempre conversa conmigo miles de cosas.  A veces recordamos aquel día en que fuimos a ver a  Anabella, su amiga. Tal vez se haya casado, con lo guapa que era. Y los pretendientes que no le faltaba. Aún recuerdo aquella casa tan bonita. Y esos dulces que me regalo, cuando la vi por esa unica vez.

Ramiro, en todo este tiempo ha cumplido bien su labor de alcalde, a pesar de tener tantos enemigos. Hizo algunas malas gestiones, debido a escrupolosos que solo querían ganar dinero a costa del contribuyente. Lo que más deseaba Ramiro era que el pequeño pueblo donde vivíamos, se adhiera a los pequeños caserios y hacer un pueblo más grande y por que no con proyecto de visión de anexarlos. Compro unos autobuses viejos que llegaron de Lima, para el transporte gratuito para los niños de los caserios, cual los llevaría al colegio. Y algunos acusaron de eso, que también debió comprar buses para los campesinos. Y de querer comprar viejos buses, pero pagarlos como nuevos. Se rumoreo tanto por todos los caserios. Pero era real que malgastaba dinero yendose afuera de la ciudad. Pero era suyo. En ocasiones llamaba al concejo y pedía que me manadaran a llamar. Ahí me pedía que enviase dinero con uno de sus colaboradores, por que lo necesitaba con urgencia. Yo sabía que era para gastarselo en mujeres y alcohol, pero era su dinero y que le iba a hacer. Le dije siempre que pusiera telefono en la tienda, pero le era dificil. Muchos lo acusaron, pero siempre se escabuia. Mientras yo seguia manteniendo el negocio, Va bien a pesar que abrieron más tiendas cercanas, debido a la modernidad del pueblo que el mismo Ramiro genero.

Cuando llegaba siempre repetía lo bien que la pasaba en "La sucurrsal del cielo" Pero a veces me decía que sentía un poco de dolor, por el rechazo de una bella  mujer, que conoce hace muchos años.

Desde que Ramiro me pillara con Sara, en el almacen teniendo sexo, ella ya no volvio seguido por ahí. Y cuando lo hacíamos yo cerraba la puerta, pero de todo aquello se entero Ramiro, quien una vez, me pidío las llaves de la entrada del pozo. Algunos vecinos le contaron que subía con Sara, y él se imaginaba a que. Pero al final me dejaba. Trancurrio un tiempo y volvió Jerson. Estaba muy cambiado, tenía el rostro muy demacrado. Había dejado de estudiar. No mas al entrar nos saludamos efusivamente. Cogio alimentos y empezo a comer. Me iba contando tantas cosas. Hasta que salio el tema de Sara...
-¿Oye y que fue con la chola?
-¿Qué chola?
-La Sara, pues.
-Viene a comprar siempre.
-¿Sigue rica, o no? Es fea pero tiene un buen culo.
-Si.
-A ver si viene, y me le meto huevo, por que estoy más arrecho.

Cayo la noche, y él se fue, me dijo que se quedaría buen tiempo. Se fue caminando, como si buscara algo. Al día siguiente, llego con Sara. Me quede sorprendido, al verlos llegar juntos. Ella se sentía un poco avergozada. Entonces le pedí a Jerson que por favor no subiera.
-Un rato nomás huevon, al toque nomas.
-No, no puedes. Vete a otro lugar.
-¡Puta madre así es!... Y se fue molesto, y ella detrás. Pero realmente no fueron tan lejos.  Como la casa y tienda de Ramiro era tan grande, sali a dejar unas cosas detrás en un cuarto desocupado y entonces los encontre. Jerson se la llevo a un cuartucho y estaban teniendo sexo. Él se dió cuenta rapido, y trato de cubrirse, al verme me dijo:
-Puta madre que sapo eres huevon!
Mientras Sara estaba  un poco avergonzada segun ella. Me di cuenta que solo le importaba el sexo, vi que tenía que toda la razón en decir que Jerson estaba bien dotado, y que por eso le gustaba el sexo con él. Jerson al terminar, mando a su casa a Sara, entro a la tienda, y me pidio disculpas. Le dije que no se preocupara. Volvio a coger cosas y se puso comer. Había quedado con Sara para las fiestas patronales, ahí tambien estará Carlota.

En aquellas fiestas llego harta gente, hubo de todo. La fería estaba a abarrotar. Ramiro a pesar de los problemas quiso darle lo mejor a la gente. Realmente me la pasaba bien. Estaba solo. No quería saber nada de Jerson, ni de Sara, pero los ví venir, y ellos se acercaron. Me saludaron. Estuve con ellos un buen rato. Pero no me iba de la fiesta. Al rato se me acerca Jerson, y me dice:
-Oye cholo, vamos a la tienda, para que te la comas a la Carlota.
-Estas loco, otro día, disfruta de la fiesta.
-No quieres huevon, vamos.
-Si quieres más tarde.
-Eso si quieres tu, huevon.
Ante tanta insistencia, le di las llaves del cuarto de atrás, para que vaya con Sara. Y me dijo:
-No vamos lo cuatro, las cholas estan arrechas huevon.
-Entonces para disimular, vete tu primero adelantando, hay mucha gente y nos pueden ver.
-Tienes razón cholo, voy yo primero, y luego tu, ya después ellas, allá te espero -Y Jerson se fue.

Sara y su prima sabían lo que querían, pero no sabían donde iba Jerson. Me acerque a Sara y les propuse ir al mirador del pozo. Ellas aceptaron al instante. Nos fuimos disimuladamente, Subimos, nadie nos vio, a pesar que Ramiro ordeno poner luces decorativas al pozo por la fiesta. Carlota quedo maravillada, con aquello. Sara quien pensaba tener sexo con Jerson. Nos sentamos en el centro y empeze a jugar con la polea. Sara me miraba. Y en ese instante, sin decirle nada, le quite la ropa  y hechos unos animales, empezamos a tener sexo. Nos miraba Carlota, y ella se nos unios. Los tres estabamos desatando una fiesta de lujuria y sexo. Realmente sabían como era todo aquello. Sara ya lo había demostrado. Hicimos de todo hasta cansarnos

Salimos de ese lugar ya casi al amanecer, se fueron a sus casas. No me importo nada. Me fui para  a casa. Encontré a Jerson dormido, le dije que ellas se fueron a su casa por que estaban aburridos y que yo me quede en la fiesta. El me dijo que se canso de esperarnos y se quedo dormido.


LA SUCURSAL DEL CIELO


Al acabar la fiestas, Ramiro me dijo que si quería ir con él, ya que estaría en la ciudad, un par de días. Cerre la tienda, y me fui con él. Me dijo que si quería trabajar con él en la municipalidad, y que buscaba otro para que se hiciera cargo de la tienda. Le dije que me sentía agrado haciendo eso. Tal vez, más adelante. Es cuestión de meditarlo. Cuando íbamos en la camioneta, me conto un monton de cosas..
-¿Te acuerdas del cholo brujo ese?
-Claro, el del río.
-Si ese. me vino a buscar para pedirme ayuda, quería trabajo, y le conseguí para que lavase los carros de la municipalidad, así se gana algo, ya de paso no ensucia el rio.
-¿Y que sería de la mujer?
-Ah cholo pendejo, recuerdas que dijo que se golpeo en la piedra ¡mentira! Me confeso que le pego, por que es muy celoso. y le dije que no pegue por que sino se le va a ir.
-¿Y que te dijo?
-Que si, que va a cambiar. Mucho cuidado le dije por que si le vovía a pegar lo metía preso.

Entonces al entrar a la ciudad, empece a recordar ese lugar, el cual ya había estado. Ha cambiando bastante, hay muchas casas grandes. Algunos edificios, pero en un lugar especifico, esta esa casa que aún recuerdo. La casa de Anabella. Cuando a un espacio ya cerca, sentí una pequeña emoción,al ver aquel lugar, afuera habían algunos cuantos autos. Pensé que serían de ella, o de sus parientes. Y le señale la casa a Ramiro..
-Mira Ramiro, esa casa, mira, que bonita.
-Ah, con que ya la conocias, pendejo.
-Claro, si viene de niño, con mi mama a ver a su amiga.
-Esa ya no es casa, hace años.
-¿Como que no es casa?
-Baja, y lo veras.
Estaciono la camioneta, y nos dirijimos a la puerta. Ahí nos abre un muchacho alto, de mi edad más o menos. Saluda muy gratamente a Ramiro, quien ya lo conoce. La casa sigue igual. Al entrar al salón..
-Bienvenido a "La sucursal del cielo", si quieres tirate a todas las que puedas, que paga la municipalidad, y tomate algo, para que tengas fuerzas -Dijo Ramiro, mientras yo seguía muy sorprendido con todo aquello que veía. Mientras él veía a que chica invitarle un trago.
-Ven Sebastían, ven aquí -Me llamaba Ramiro, para presentarme a las chicas. Pero mis ojos solo se iban en seguir viendo la casa. Sigue igual por dentro. Salvo los muebles.
-Ven no tengas miedo -Dijo otra vez él. Me quede todo el rato mientras veía a las chicas.
-Mientras te animas, yo me voy a tirar -y se fue con una de ellas.
-¿Oye desde cuando funciona este sitió? -le pregunte al camarero.
-Yo tengo aquí dos años, pero me han dicho que tiene más de diez -me respondío atento.
.¿Y quien es el dueño de esto?
-Ah es una señora muy guapa, vive arriba, pero solo baja a supervisar un rato y vuelve, por que arriba tiene todo lo que es el negocio, arriba lleva las cuentas.
-¿Y como se llama?
-Pucha que sapo eres amigo, no me digas que eres periodista -pregunto jocoso
-No, sino que vengo con mi tio (Ramiro) él siempre viene pero no me conto como era.
-Ah ese tio es caserito, viene con sus amigos, y se gasta ufff. es un buen cliente, creo que esta enamorado de la dueña, pero ella no le hace caso. Y tu ya pues animate que las chicas esperan.

Realmente no quiero tener sexo, no me apetece, A pesar de ser muy guapas las chicas. Me puse al costado, por que ya parecía que había aburrido al camarero con mis preguntas. A un lado había un juego de tragamonedas, y me quede ahí. Entonces en ese instante, ví bajar a Anabella, quien estaba más guapa que antes. Saludaba a los clientes, y estos la piropeaban a más no poder. Fije mi mirada en ella, a ver si me reconocia, pero ella seguía ahí con la gente. Me acerque..
-Hola señora Anabella
-Hola guapo.
-¿Como esta?
-Pues bien ¿Y tu como estas, te están atendiendo bien?
-Si bien, pero no reconoce.
-Pues no.
-¿Se acuerda hace años cuando vino su amiga, con su hijo a visitarla y usted le regalo un paquete enorme de dulces aquel niño?
-...............
-¿Se acuerda? Ese soy yo, y siempre me acuerdo de usted.
En ese instante me abrazo muy fuerte. Ella sentía una gran emoción al verme. Realmente no se acordaba de mi nombre, pero si de ese día. Me invito a subir, mientras la gente me miraba. Entre a ese salón enorme tapizado por todos los rincones.
-¡Ay! mi niño pero que grande estas ¿y como esta tu mami? esa ingrata.
-Bien, como siempre, allá en el pueblo, siempre se acuerda de usted.
Hemos conversado un montón, por un buen rato. Era inevitable que me contase de aquello. Me contó que cuando aquella vez, que llegamos, había arreglado esa casa, para salón de reuniones, pero le fue mal. Y entonces unas conocidas, le alquilaron el lugar para montar esa casa de citas. Hasta que se fueron y ella tomo el negocio. Y el nombre del lugar, era por que en los techos habían tapices de con dibujos en forma de cielo. Me confeso que no era su intención tener este negocio, pero que le iba a hacer. Para no perder toda aquella fuerte inversión que hizo. Al despedirme, ella me pidío contarle todo a mi madre, sin esconderle nada. Y que la visitara más a menudo.  Baje y Ramiro me vió muy sorprendido, y me dijo:
-Yo llevo buen tiempo afanando a la tía, y tu en un ratito te la levantas.
En el camino hacía la ciudad, le conte en realidad. Y él se sintió aliviado. Estaba más tranquiilo, incluso me pidió que le echara una mano con ella. A ver si me da bola -repetía una y otra vez.

En la ciudad, tenía una reunión muy importante, debido a unos malos manejos, que hicieron sus coordinadores, querían hacerle saber el mal balance que habían hecho. Después de un buen rato, demostro su inocencia y capacidad. Siguió en el cargo.

LAS AHIJADAS

Arturo, sigue siendo muy presumido, ahora que gana más dinero, peor aún. Sandra lleva ya casi 9 meses de embarazo,Tiene una barriga muy grande. A veces cruzamos saludos. Ya que Arturo es muy celoso. A poco de dar a luz,  él se fue a la ciudad  a terminar un trabajo, en el cual ganaría tanto dinero. Estaba en la tienda, cuando llega Sara, y nos ponemos a recordar viejos tiempos. Nos metimos a un rincón, cuando en un preciso instante entra Sandra muy presurosa y desesperada, gritaba de dolor. Pedía ayuda. Salí rápido  a verla, mientras corria hacía ella me abotonoba los pantalones. Me pidio por favor que la ayudase, ya que estaba sola, y había roto aguas. Realmente no sabía que hacer. Cogi las llaves, y monte a Sandra en la camioneta. Le pedí a Sara que cerrase todo. Ella quería venir con nosotros, pero no se, por que no la deje. Ella le dijo que avisara a Arturo en caso llegase por ahí. En el trayecto, le pedía tranquilidad a  Sandra. Ella gritaba y yo la deje así, Solo me puse a correr con la camioneta. Ya al llegar me sentí alividado. Irrumpie con todo, en el hospital,  llame a las enfermeras explicandoles la situación. La llevaron a una sala de espera, no se daban cuenta que había roto aguas, a pesar de sus gritos. Estaba muy nervioso ante aquello. Sandra pedía que la atendiesen. Le pidieron que presentara los papeles del seguro, y ella dijo que los tenía su marido, pero ellas querían aquellos papeles por que era lo normal.
-Pidanle a él- grito ella.
-Señor los papeles que los necesitamos -se dirijieron a mi.
-Dile que los has olvidado y que vas por ellos -grito Sandra.
-Si, por los nervios los deje en casa, pero aquí tengo mis documentos.
En ese instante exclame ¡pero que carajo, mi tío es el alcalde, ahora lo llamo para que me los traiga! -Y en ese instante ingresaron a Sandra. Me causaba gracia y rabia todo aquello, les pregunte, que debió entrar a la sala, ni bien ingreso.
Mientras daba mis datos, y los de Sandra.  Pasado un rato me dijeron que si quería entrar. Decidí hacerlo. En aquella sala, ví como nacian dos pequeñas niñas, tan lindas como su madre, pero tan blancas de piel como su padre. Me sentí emocionado ante ese acontecimiento. Me dijeron que si quería cargarlas. Aquello fue una gran sensación al tener a una por una en mis brazos. Ya más tranquila, Sandra me agradecio todo aquello. Conversamos un montón, mientras la enfermera nos dijo que había llegado un señor que decía que era el padre. Era Arturo, quien se emociono al ver a sus hijas. En un instante ellos discutieron, Ella le dijo que el dinero le importaba más que ella. Él le dijo que era por su bienestar. Arturo salio y hablo conmigo un poco serio. Me agradecio por todo, me ofrecio dinero, saco la billetera, mientras se ufanaba de las tarjetas que llevaba ahí dentro. Le dije que hice lo que cualquiera hubiese  hecho.

Luego de casí cinco meses de aquello. Arturo seguía construyendo su casa, ladrillo a ladrillo, solo nos saludabamos. de lejos. Mientras el coge la paleta y me hace un guiño de saludo. En una tarde, entra Sandra,  me saluda afectuosámente y me pide ser yo el padrino de sus pequeñas hijas. No lo dude para nada. En ese instante acepte gustoso. Su hermana Fabiola sería la madrina.

Y en la fiesta de aquel día la conocí. Llevaba un vestido rojo, iba muy elegante. Y por más que le hablaba, ella no le daba interes a mis palabras. Sandra, me dijo no le digas nada, vas a ver que solo a  hablar. Se hace la interesante. Y así fue. Luego de hacerle caso a Sandra, fue Fabiola, quien me empezo a hablar. Aquel día quedamos para salir alguna vez, por ahí. A aquel bautizo llego mi madre, y Anabella, a quien invitamos. Y quedo maravillada con las pequeñas.

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Algunas veces he llevado a mi madre a visitar a su amiga Anabella, a veces se queda con ella unos días, y vuelvo a recojerla. Un domingo mientras jugaba en una maquina, que había afuera de "La sucursal del cielo" se me acerco alguien que yo conocia.
-Hola Sebas.
-Hola Jerson.
-¿Que te cuentas pe' cholo, que haces por aquí?
-Vine a ver saludar a una amiga.
-Aquí en el chongo.
-Bueno, chongo, no tanto, pero si. ¿Y que tal? ¿que haces por aquí?
-Aquí pues, vengo de chambear ya me iba a mi casa. Oye ¿no tienes un sol por ahí? toy misio.
-Claro, toma -Y le dí 10 soles.
-No cholo un sol, no mas -dijo él
-Toma huevon.
-Oye y que fue de las cholas esas.
-Pucha no se, creo que se fueron a Trujillo a trabajar.
-Y estas seguro que se fueron a Trujillo.
-Le pidieron trabajo a Ramiro, pero él no las quizo, pero las recomendo a un amigo allá.
-Ah ese huevon, sigue mamando de la alcadía..

Jerson trabajaba muy cerca por ahí en un hotel. El decía que administraba ese lugar, pero hacía otras cosas. Ramiro nunca me lo dijo, pero Jerson, ya estaba metido en las drogas hace un buen tiempo, y por más que lo trato de ayudar, aún no supera esa adicción. Anabella nos contó muy cerca de ahí había una iglesia evangelica, que protesta por su negocio. A veces llegan afuera a protestar, con pancartas, pero ella no les hace caso. Se cansan y se van. Ramiro es amigo intimo del alcalde del distrito donde esta el local y le pidio que no hiciera caso a aquellas protestas, ya que el negocio de Anabella, no molestaba a nadie. Y así fue.Ya que también el alcalde es amigo de Anabella. A pesar de los problemas,que tuvo Ramiro, en la alcaldia, supo salir airoso, ahora pretende ser alcalde de la provincia. Ya con el pasar de los meses, con el progreso que se inicio en nuestra región, muchos se interesaron en invertir, y él decidó traspasar el negocio. Vendio su casa. Me dijo que me daría un buen puesto, pero decline de eso.

Acepte lo que me propuso Anabella en una de las tantas visita que le hicimos. Me ofrecio que administrara junto a ella, aquel negocio en la casa de citas. Ahora trabajo con élla a tiempo completo. He librado muchos problemas con gente que llega molestar y protestar, por lo inmoral que resulta esa casa. Las chicas me llaman jefe, me parece gracioso. Cuando voy a ver a Ramiro, aquellas veces, converso con aquel que fuera brujo. Se llama Manuel, y se mujer se encarga de la limpieza de la municipalidad. Ella solo sonrie y no habla. Ramiro les dio trabajo, no por ellos, sino por el pequeño hijo que tienen. A veces Manuel me aconseja, y para bien, sabe mucho de ello. A pesar de que muchos miran a su mujer, él ya no se siente celoso, es mejor para él. Empece a cortejar a Fabiola. Quien va a muy a menudo a ver a sus sobrinas y ahijadas. Y cuando se da el momento, siempre cojo el auto y  voy para entablar conversacion con ella. Aunque a Anabella no le guste mucho esa idea.